Santi, fontanero: "Le dije a mi padre que quería dejar de estudiar en 3º de la ESO porque solo aprobaba gimnasia y con 18 años ya cobraba 1.200 euros"
El joven lleva 20 años ejerciendo la profesión, siguiendo el ejemplo de su primo
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Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España hay más de 190.000 trabajadores que ejercen de fontaneros, soldadores, chapistas, caldereros y montadores de estructuras metálicas. Si ponemos el foco solo en el primer grupo, el de los fontaneros, encontramos cerca de 9.000 registrados en una base de datos del sector y en torno a 5.000 empresas de fontanería.
Santi es uno de los miles de fontaneros que trabajan en esta profesión en nuestro país. Él es madrileño y lleva más de 20 años dedicándose a este oficio, que no considera un trabajo.
Fontanero
"Lo llamo más ayuda a la gente que me necesita, Igual que nosotros necesitamos al mecánico cuando se te rompe el coche, es una satisfacción ir a las casas que no tengan agua caliente y dársela y que puedan utilizarla", ha asegurado en una entrevista en 'Sector Oficios'.
Un oficio familiar
El joven ha narrado su historia, desde el momento en el que comenzó en el oficio, su primer sueldo y cómo contó en su casa que quería dejar el instituto para dedicarse a la fontanería.
Sus inicios se remontan cuando Santi era tan solo un niño: "A mí me gustaba mucho la fontanería de pequeñito, mi primo que se dedicaba a ello me venía a buscar por las tardes al colegio, yo tenía 14 años, y me iba con él y me empezó a gustar también".
Llegó un momento que Santi tomó una decisión que cambiaría su futuro: "En 3º de la ESO le dije a mi padre que quería dejar de estudiar. Me quedaron ocho o nueve, solo aprobaba gimnasia. Él me preguntó qué quería y yo le dije que ser fontanero, como mi primo".
de dejar de estudiar a cobrar 1.200 euros en dos años
El joven explica que, con tan solo 17 años, entró al Instituto de La Paloma, en Madrid: "Allí había mucha gente que iba de prácticas a ver lo que era, pero yo ya sabía por dónde iba a tirar. Ese año entero trabajando allí en el instituto fui el mejor de la clase".
Durante la formación allí, llegó un periodo de prácticas, que en su caso surgió en una empresa que tenía muy cerca de su casa. Con el paso de los meses, estaban muy contentos con él y decidieron hacerle su primer contrato, en el que cobraba 600 euros.
Allí estuvo, al menos, un año, a jornada completa. "El dueño me dejaba solo en las casas haciendo las cosas y él se iba y yo le dije "Oye mira que estoy aquí trabajando, tú te vas me estás dejando solo y yo creo que por 600 €... Me subió a 900 y no me conformé", relata el joven.
Pese a la subida, quería llegar más lejos y gracias al boca a boca encontró trabajo en otra fontanería cercana. Aunque todavía no tenía carnet de conducir, se desplazaba en moto y podía realizar el trabajo sin problema, siempre y cuando le llevaran el material.
"En este nuevo sitio, yo tenía 18 para 19 y me daba 1.200 euros. Me doblé el sueldo de 600 a 1.200 diciendo a uno que no y a otro "Venga"", añade.