Turisme de Barcelona ha puesto en marcha un plan de promoción turística para reactivar la actividad y atraer a visitantes a la capital catalana, que proyectarán como destino "seguro, de calidad y sostenible" que sigue todas las directrices sanitarias para evitar el contagio de la COVID-19.

Lo han anunciado este martes en rueda de prensa el presidente del consorcio, Eduard Torres, su directora general, Marian Muro, así como el primer teniente de alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, y el concejal de turismo, Xavier Marcé, en un acto en La Pedrera.

Se trata de un plan que consta de cuatro fases distintas y cuyo despliegue estará supeditado por las condiciones sanitarias, el avance de la pandemia o la aparición de posibles rebrotes, además de las restricciones de viajes, el cierre de fronteras y la normalización de los servicios y la oferta.

La primera fase arrancará esta semana y se alargará hasta septiembre con el objetivo de recuperar la actividad económica local y la confianza en el consumo en Barcelona y su área metropolitana; la segunda fase, de julio a diciembre, apelará al mercado doméstico, tanto catalán, como español y europeo de proximidad.

En la tercera fase, que se implementará entre septiembre y finales de año, se interpelará a los turistas europeos y a los visitantes de algunos destinos de larga distancia y, por último, la cuarta etapa, que se alargará hasta 2021, se centrará en el mercado internacional para reposicionar la marca Barcelona.

"Con este plan no solo se explica Barcelona como un destino maduro, conocido y reconocido por el mundo, sino también como seguro, de calidad y sostenible", ha resumido Collboni, quien ha aseverado que la ciudad está "preparada" para recibir visitantes y liderar el "turismo urbano del futuro".

"Lo hemos hecho durante los últimos 20 años y lo podemos seguir haciendo en los próximos 20. El escenario es diferente al que hemos tenido, pero contamos con las capacidades, el conocimiento, la industria y la determinación para lograrlo", ha garantizado.

Y es que el sector del turismo en Barcelona tiene un impacto económico de unos 9.000 millones de euros -tres veces el presupuesto municipal-, supone el 12 % del PIB catalán y emplea a unas 90.000 personas en la ciudad, la mitad de las cuales aproximadamente se encuentra en situación de desempleo temporal.

"El reto que tenemos es descomunal y en los próximos dos o tres años nos jugamos entre 10 y 15 años de futuro de la ciudad", ha destacado Torres.

Por su parte, Muro ha detallado que el plan, que cuenta con un presupuesto de unos dos millones de euros, engloba 44 acciones, 21 de las cuales destinadas al turismo de reuniones y negocios y 23 al turismo urbano vacacional. EFE

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