El “Juan Sebastián de Elcano” entró en servicio en 1928, y hubo antes otros buques escuelas que lo precedieron con la misma misión, que consiste en contribuir a la formación de los guardiamarinas y apoyar la acción exterior del Estado, actuando como embajada de España. Comenzó a construirse en Cádiz en 1925 -en los astilleros de Echevarrieta y Larrinaga- “con un presupuesto de 8 millones de pesetas, unos 50.000 euros de hoy en día, un dinero bien invertido”, a juicio de su comandante.

En este crucero de instrucción van a bordo 251 hombres y mujeres entre oficiales, suboficiales, marinería, personal civil, y los guardamarinas, que en esta ocasión son 70. El capitán de navío Ignacio Paz explica que normalmente los oficiales alumnos realizan el segundo semestre del tercer año a bordo del “Juan Sebastián de Elcano”, donde reciben “clases de navegación y astronomía, maniobras, meteorología, historia naval, derecho marítimo... y aprenden a navegar también de la forma tradicional, sin equipos electrónicos sofisticados, con sextante”.

Alrededor de 23.000 marinos han embarcado y 6.500 guardiamarinas se han formado en estos 90 años en el “Elcano”. Explica su comandante que la vida a bordo “no es el prototipo de una vida cómoda, ni ofrece grandes oportunidades para la privacidad y la intimidad, pero proporciona el mejor escenario para una vida de convivencia y de trabajo en equipo, con poca cabida para el individualismo”.

El crucero de instrucción -que este año concluirá el 21 de julio en Cádiz- sirve también para enseñar el buque “en todos los puertos que visitamos, con jornadas de puertas abiertas”. El “Juan Sebastián de Elcano” es una “apuesta firme y segura de la Armada”, un buque al que -según el capitán de navío- “si Dios quiere, le quedarán muchas millas por navegar”.