Magdalena Tsanis

Ganador de la Espiga de Oro, el máximo galardón de la pasada Seminci, el director chino Wang Quan'an vuelve a explorar la geografía de Mongolia en su última película, "El huevo del dinosaurio", una poética reflexión sobre los ciclos de la vida y el poder de la naturaleza que llega mañana a las salas de cine.

"Los seres humanos somos como los dinosaurios modernos y en el futuro habrá otras especies que ocupen ese mismo lugar. El progreso de la inteligencia trasciende al concepto de especie", ha dicho en una entrevista con motivo del estreno del filme en España.

La película transita entre el drama intimista, el romance y la investigación policial. Una mujer es hallada muerta en medio de la estepa mongola. Una pastora de la zona es enviada para proteger al joven e inexperto policía que debe custodiar el cadáver.

En esa misma naturaleza árida Quan'an, miembro de la llamada "sexta generación" de cineastas chinos, ubicó "La boda de Tuya" (2006), película que le hizo merecedor del Oso de Oro de la Berlinale.

PREGUNTA.- Llevaba muchos años sin estrenar película, ¿por qué este parón?

RESPUESTA.- Con mi última película "White Dear Plain" (2011) tuve numerosas dificultades. Me vi obligado a prescindir de una parte importante de los contenidos tras pasar por la censura. Esto, junto con el hecho de que en la China actual imperan películas sumamente comerciales, hizo que durante mucho tiempo perdiera interés en hacer cine.

P.- Su forma de narrar es poco convencional, se diría que escribe los guiones a golpe de instinto más que de fórmula. ¿Es así? ¿Cómo surgió esta historia?

R.- Escribo yo mismo el guión de mis películas. El rodaje se realizó a partir de una historia, pero sin guion establecido. La historia que había llegado a mis oídos era la de un policía mongol que se encontró con una manada de lobos hambrientos cuando custodiaba en medio del campo el cadáver de una mujer asesinada. Me atrajo al instante la idea de poner a una persona de ciudad ante una dificultad surgida de la naturaleza.

P.- La película es una invitación a mirar a la naturaleza y sus ciclos, ¿cree que vivimos de espaldas a ella? ¿nos ha podido la soberbia como especie?

R.- El título original de la película, "ÖNDÖG", quiere decir "huevo" en lengua mongola. El término hace referencia a la matriz de la vida, a la reproducción. El título completo, "El huevo del dinosaurio", contiene una reflexión sobre la inteligencia en la Tierra. En cierto modo, los seres humanos somos como los dinosaurios modernos y en el futuro habrá otras especies que ocupen ese mismo lugar. El progreso de la inteligencia trasciende al concepto de especie.

P.- ¿Cómo condiciona el paisaje de Mongolia al desarrollo de esta historia?

R.- El motivo principal de rodar en Mongolia es el de poder encuadrar la historia en un marco natural. Quería hablar del género humano, de la naturaleza y de una forma inimaginable de reproducción. Por supuesto, sea como fuere, quería hacer una película bella.

P.- Su cine pone el foco en personajes de clase baja y en mujeres, ¿por qué ese interés?

R.- La figura femenina tiene en la película un doble sentido: por una parte es una mujer mongola; por la otra, es una mujer que vive dentro de la naturaleza como pastora nómada.

En comparación con las mujeres modernas de la ciudad, estas otras mujeres tienen una suerte de independencia genuina, tanto a la hora de valorar una cuestión como en lo que a habilidades de supervivencia se refiere. Como esta mujer, que se reproduce de una forma extraña. Estas habilidades están en su mayoría relacionadas con el mundo natural.

P.- Las escenas de sexo se muestran de un modo distante e inquietante.

R.- El sexo es un modo de reproducción animal, especial y corriente a la vez. En verdad, dentro de la naturaleza el sexo es una cuestión de lo más común. En mi opinión, son los seres humanos quienes la han convertido en algo complicado.

P.- La película habla de amor, muerte y supervivencia. ¿Es una película existencialista?

R.- Creo que siempre hago películas de carácter antropológico.