ARQUEOLOGÍA PIRINEO
Reanudan las excavaciones arqueológicas en el yacimiento a mayor altitud de la península
Lo arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB-CSIC) han reanudado este martes las excavaciones arqueológicas en el Abric del Portarró, en Espot (Lleida), un yacimiento prehistórico situado a 2.280 metros de altitud, en medio del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici.
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Lo arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB-CSIC) han reanudado este martes las excavaciones arqueológicas en el Abric del Portarró, en Espot (Lleida), un yacimiento prehistórico situado a 2.280 metros de altitud, en medio del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici.
Se trata de las excavaciones arqueológicas prehistóricas a mayor altitud de la península ibérica y las lleva a cabo el Grupo de Arqueología de la Alta Montaña de la UAB-CSIC con el apoyo del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici y el Departamento de Cultura de la Generalitat.
El Abric del Portarró es un yacimiento arqueológico con una larga secuencia de ocupación humana que se extiende, al menos, desde el Neolítico antiguo (hace 7.200 años) hasta el siglo XX, pasando por el Neolítico final (5.300-5.000 años de antigüedad), la Edad del Bronce (3.600-3.200 años de antigüedad), época ibérica, romana y la alta Edad Media.
Los restos se localizan tanto al aire libre como en dos pequeños bloques erráticos desplazados al lugar por los últimos neveros, hace más de 12.000 años.
Las excavaciones del Abric del Portarró se insertan en un programa de investigación de larga duración llevado a cabo por el Grupo de Arqueología de la Alta Montaña (GAAM) del Departamento de Prehistoria de la UAB y la Institución Milà i Fontanals (IMF-CSIC) y cuenta el apoyo del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici.
En el marco de este programa se han excavado otros yacimientos en el Parque Nacional, como el Abric del Estany de la Coveta I (a 2.450 metros de altitud), el Abric de Les Obagues de Ratera (2.320 m) y la Cueva del Sardo (1.790 m).
Según los arqueólogos, estas investigaciones han sido determinantes para cambiar la visión de la alta montaña pirenaica que se tenía desde la arqueología y ha documentado cómo desde la retirada de los hielos después del último período glacial grupos humanos frecuentaron las diferentes cotas de los Pirineos.
En unas primeras fases, entre hace 10.000 y 9.000 años se trataba de pequeños grupos de cazadores que utilizaban los pequeños abrigos como refugios temporales en sus expediciones.
Estas investigaciones han permitido también documentar el impacto humano en los medios de alta montaña a lo largo del tiempo, principalmente modificando la vegetación.
Las investigaciones arqueológicas en curso también permiten analizar cómo la presencia humana en la alta montaña convivió con un clima que fue cambiando en los últimos 10.000 años, tanto con oscilaciones en las temperaturas como en las precipitaciones.