El Museo de Burgos cuenta desde este miércoles con dos relieves visigóticos de la ermita de Quintanilla de las Viñas que fueron robados en 2014 y localizados en el jardín de una casa en Londres por un investigador holandés.

Las dos piezas, cada una de unos cincuenta kilos de peso, se unirán a otras trece de la misma ermita que fueron depositadas en el museo después del robo para evitar el riesgo de nuevos expolios.

Los dos sillares datados entre los siglos VII y IX presentan dos relieves que representan a evangelistas, aunque en ninguno de los dos casos se han podido identificar con precisión, ha explicado la directora del Museo de Burgos, Marta Negro.

Las dos piezas, que han sido trasladadas desde la embajada española en Londres, donde se depositaron tras su localización en poder de un comprador que desconocía su procedencia ilícita, han sido trasladadas a España en un avión de la Guardia Civil fletado especialmente para esta operación, con el objetivo de garantizar su conservación y seguridad.

Han llegado al Museo de Burgos en unas cajas especialmente diseñadas para evitar daños durante el traslado, aunque antes de integrarse con el resto de piezas de la ermita serán sometidas a un tratamiento para corregir problemas por exceso de humedad.

Fuentes de la Guardia Civil han explicado que estos sillares son propiedad de la Administración General del Estado, dado que la Ley de Patrimonio Histórico Español establece esta medida para todos los bienes que sean objeto de exportación ilegal, como ocurrió en este caso.

De hecho, en este momento continúa abierta la investigación para tratar de aclarar quién, cuándo y cómo sacó estas piezas de España.

Al acto de depósito de los dos sillares han asistido, entre otros, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones; el director general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Román Fernández Baca; el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Alfonso Martín; y el director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Enrique Saiz.