El carnaval de Badajoz ha obtenido este viernes de manera oficial su reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Internacional, con la declaración rubricada por parte del secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, tras comprobarse que la solicitud cursada por el ayuntamiento pacense cumple los requisitos establecidos por la normativa.

Según ha informado la Secretaría de Estado de Turismo, su responsable ha destacado que "es sin duda de los más importantes de España, pues representa un valioso activo para la imagen turística del país en el exterior, además de un potente recurso para que Extremadura pueda atraer visitantes, nacionales e internacionales, fuera de temporada alta.

El Gobierno también espera que la declaración ayude a revitalizar el carnaval de Badajoz tras un año de ausencia debido a la pandemia.

Ha recordado que para obtener el reconocimiento es preciso contar previamente con la distinción de Fiesta de Interés Nacional y acreditarse el origen, antigüedad y raigambre tradicional del festejo, al igual que su originalidad, valor cultural, alto grado de participación ciudadana y elevado alcance como atractivo turístico.

También es necesario demostrar que se trata de una festividad que se celebra de manera continuada en el tiempo (sin interrupciones que superen los cinco años entre una edición y otra), y probar que la localidad cuenta con establecimientos suficientes (tanto de alojamiento como de otros servicios) para recibir la afluencia prevista de visitantes y turistas.

En este sentido, se señala que solo la ciudad cuenta con 1.885 plazas de alojamiento y 34.449 de restauración, además de localizarse en una zona de Extremadura muy turística, con una oferta amplia y variada de servicios.

Junto a todo ello se exige haber conseguido un mínimo de 10 impactos relevantes (no meras menciones, sino un tratamiento específico de la fiesta) en medios de comunicación de uno o varios países extranjeros.

Los testimonios más antiguos sobre la celebración de esta fiesta se remontan al siglo XVIII, si bien es en el siglo XIX cuando se consolida como festejo popular, conviviendo el carnaval callejero con los bailes de máscaras en salones públicos y privados.

Es tal el arraigo popular, que incluso cuando estuvo prohibido durante el régimen de Francisco Franco los pacenses celebraban pequeñas fiestas en su casa con algún disfraz improvisado, se señala.

Con la llegada de la democracia, el carnaval vivió un nuevo resurgir gracias a un grupo de artistas y estudiantes encabezados por José Manuel Villafaina. EFE

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