CINE ESTRENO
Arantxa Echevarría afronta en "Chinas" el choque cultural de la segunda generación
Arantxa Echevarría estrena hoy en salas su tercer largometraje, "Chinas" una cinta donde pone de relieve los problemas de identidad de niñas y adolescentes chinas que han nacido o viven en España, segundas generaciones que se enfrentan a un cambio cultural muy fuerte, que choca entre su vida en la calle o en casa.
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Arantxa Echevarría estrena hoy en salas su tercer largometraje, "Chinas" una cinta donde pone de relieve los problemas de identidad de niñas y adolescentes chinas que han nacido o viven en España, segundas generaciones que se enfrentan a un cambio cultural muy fuerte, que choca entre su vida en la calle o en casa.
"Chinas" es la historia de dos niñas, una de ellas, adoptada, la otra nacida en Madrid de padres chinos; también la de su hermana adolescente, que intenta por todos los medios compaginar la vida del barrio con las costumbres de sus padres, que regentan un bazar en Usera, y siguen apegados a las tradiciones de su país; de hecho, ni siquiera han querido aprender español.
Echevarría recupera en esta cinta el naturalismo y el estilo de "Carmen y Lola", su primera película estrenada mundialmente en la Quincena de Cineastas del Festival de Cannes y por la que ganó el Goya a la mejor directora novel, si bien, el relato en "Chinas" abre la mirada al barrio de Madrid donde vive la comunidad más amplia de inmigrantes chinos.
Lucía (Daniela Shiman Yang) y Xiang (Ella Qiu), que tienen nueve años, viven realidades opuestas; mientras Lucía es hija de inmigrantes y ha nacido en Madrid, Xiang es adoptada y sus padres, con buenos recursos económicos, la mantienen en una burbuja. Hasta que la niña se pregunta por sus orígenes y sus padres Sol (Leonor Watling) y Julián (Pablo Molinero), deciden llevarla a un colegio público para que conozca mejor a los niños de su cultura que estudian allí.
Claudia (Xinyi Ye), la hermana mayor de Lucía, está en plena adolescencia, y aún no sabe muy bien cómo manejar la realidad que le ha tocado vivir; se enfrenta a sus padres, que sufren ante las pocas ganas de la hija mayor de seguir las tradiciones de su país.
La directora vasca ha contado que se le ocurrió rodar "Chinas" tras conocer a Lucía, la hija pequeña de los dueños del bazar de su barrio. Profundizar en esa familia le llevó a interesarse e investigar cómo es la vida de los chinos de segunda generación en Madrid.
Se dio cuenta de que coincidían es esa doble pelea interior: ser madrileños y adaptarse al rechazo por sus ojos y su piel (que Echevarría muestra en la cinta con normalidad) y pelearse con sus familias porque no le ven sentido a seguir las normas y costumbres chinas en un país completamente diferente.
Así, "Chinas" muestra cómo estas personitas, Lucía y Claudia, por un lado, y Xiang, por otro, se manejan en la vida, siempre con una sonrisa en la boca, pero también el sufrimiento de la madre, como todas las madres del mundo, oscilando entre tratar de hacer la vida más fácil a sus hijas y pelear con la rigidez del padre y del resto de la familia, que sigue en China, pero sigue interviniendo en sus decisiones por zoom.
Uno de los mejores valores de la película es la introducción a modo documental del año nuevo chino en Usera, así como la incorporación al reparto de numerosos actores no profesionales seleccionados a través de un largo proceso de casting.
Mención aparte las apariciones de Carolina Yuste, proporcionando la carga justa de emotividad y respeto en su relación con Lucía, por otro lado, todo un descubrimiento el de Daniela Shiman Yang, una no-actriz que se come la cámara.



