La caridad y la piedad son los temas que Liddell aborda en "Caridad", un montaje irreverente, como todos los de la artista, cuyo estreno mundial tendrá lugar el próximo 8 de octubre en el festival Temporada Alta de Girona y en el que vuelve a apostar por "el terrorismo de la belleza".

Según ha dicho Liddell este jueves en Girona, la obra pretende "enfrentar al público con su máxima capacidad de perdón" y, en esta búsqueda de los límites del ser humano y de sus sombras, se centra en la caridad porque es "una figura compleja" que permite poner al público "frente a un conflicto", un objetivo siempre presente en los montajes de una de las creadoras más internacionales de la escena española.

"Yo apuesto por el terrorismo de la belleza", ha añadido la directora, cuya obra nunca deja indiferente y que tiene tantos detractores como apasionado seguidores.

Una de las inspiraciones de "Caridad" son la representaciones agresivamente bellas que grandes artistas han hecho de la "Caritas Romana", la fábula que narra la historia de una hija que da de mamar a su padre condenado a muerte por inanición.

Este concepto complejo le ha llevado a una puesta en escena "que se ha ido complicando" y en la que finalmente hay 22 participantes, entre ellos un coro de hombres laringectomizados, niños y dos esgrimistas paralímpicos.

La obra es una sucesión de imágenes simbólicas donde aparece la propia autora y directora con objetos como una guillotina, "un gran símbolo de la libertad" que, a su vez, es un aparato de matar que se ha utilizado en Francia hasta 1977, año de la última ejecución.

Liddell es una reconocida artista internacional, que llevará "Caridad" a los escenarios de todo el mundo en una gira posterior, pero ha decidido estrenar en Temporada Alta de Girona porque tiene "un afecto especial" a este festival, con el que mantiene una "relación prolongada".

Aquí ha presentado muchas de sus obras y ha logrado grandes éxitos y ovaciones, pero también ha tenido decepciones, como la que sufrió el año pasado en el estreno de "Terebrante".

Incluso la han llegado a llamar fascista en alguna ocasión "cuando -según defiende- un fascista nunca haría lo que yo hago, pero vivimos en un mundo cada vez más puritano e higiénico, en el que nos olvidamos del conflicto interno del alma humana".