"¡Ya está!". "¡La paga del pecador es la muerte!". "¡Alguien tenía que morir!". Son solo algunas de las expresiones que el condenado, de 22 años, profirió tras acuchillar a su compañero de habitación en un Centro Reto de rehabilitación para toxicómanos.

Los hechos se produjeron alrededor de las dos de la madrugada, el 17 de febrero del pasado año. El condenado, extranjero y, por aquel entonces, de 21 años de edad, se acercó a su compañero que dormía en una litera de la misma habitación. Cuchillo de 23 centimetros de hoja en mano, le asestó cuatro puñaladas en la región axilar, la mano y el brazo.

Minutos después, y habiendo despertado los gritos de la víctima al resto de residentes, la Policía procedió a su detención en las mismas instalaciones del Centro Reto donde se alojaban. No huyó, confesó la autoría y alegó que había acuchillado a su compañero porque le molestaban sus ronquidos.

La víctima, que hubo de ser intervenida de urgencia, sufrió lesiones y secuelas. Su rehabilitación se prolongó durante más de cuatro meses. Pese al daño provocado, ha renunciado a cualquier reparación. Por lo que la indemnización de 2.345 euros impuesta al condenado servirá para cubrir los gastos de asistencia prestados por el servicio público sanitario de Castilla y León.

La celebración del juicio no llegó siquiera a celebrarse. Fiscalía y defensa alcanzaron antes un acuerdo por el que se la Sección IV de la Audiencia Provincial ha dictado una condena de cuatro años y tres meses de prisión por un delito de lesiones con arma peligrosa con el agravante de alevosía y el atenuante de trastorno mental, derivado de un trastorno múltiple de personalidad así como de la dependencia del acusado en el momento en que transcurrieron los hechos al consumo de cannabis.