Con siete minutos de retraso comenzó el festejo. Innumerables personas poblaban el túnel de cuadrillas perturbando la calma que hubiesen querido para ellos los tres diestros que aguardaban a trenzar el paseíllo.

El primer toro lució el hierro de Vegahermosa. Buenas hechuras traía el animal. Pero el fondo fue otro. Bajo de raza y soso en su comportamiento, Miguel Ángel Perera tiró de firmeza de plantas para levantar una faena templada pero carente de emoción por la condición descastada del toro. La espada se fue caída pero fue eficaz.

Cayó de píe Cayetano en Pamplona. Mucha culpa de ello la tuvo el primer Jandilla de su lote. Un colorado que sacó nobleza y transmisión en sus embestidas aunque siempre con la tendencia a salir suelto. Lo recibió de capote con dos largas en el tercio y comenzó la faena de muleta de rodillas. Molinetes engarzados entre sí y hasta el pase de pecho de hinojos. El menor de los Rivera Ordóñez alternó momentos de toreo ortodoxo con algún que otro guiño a los bullangueros tendidos de sol. La faena tuvo limpieza en el trazo pero abusó en la ligereza de embroques. La estocada, cobrada en los medios, y la oreja que cayó por mayoría de pañuelos. Incluso se pidió el doble trofeo.

También tocó pelo Roca Rey en su primer toro. El peruano reaparecía tras más dos semanas en el dique seco y se las vio ante un toro con ciertas dosis de nobleza aunque le faltó un tranco más a partir del tercer muletazo de cada serie. Andrés mostró su sobrada valentía en todo momento, hubo firmeza de plantas, aunque quizá se notó la falta de rodaje en los últimos días parado. Un pinchazo previo a una estocada trasera y desprendida restaron puntos a la oreja concedida de forma generosa.

El cuarto trajo otras hechuras respecto a los tres toros anteriores. Más bastito y altón. No se definió en los primeros tercios pero rompió a bueno en la muleta. Perera prologó su labor con sus clásicos pases cambiados. Impávida la figura. La primera parte de la faena tuvo un gran nivel. Mano baja, temple y profundidad en el toreo en redondo. Y el toro respondiendo con entregada humillación. Todo bajó al echarse el extremeño la muleta a la zurda. El de Jandilla acusó el esfuerzo y redujo revoluciones. Todo quedó inconcluso. Un pinchazo hondo tumbó al toro.

El quinto, Historieta, es quizá el toro más completo de lo que llevamos de Feria. Un astado siempre a más y que completó un lote de triunfo para Cayetano. La faena tuvo reposo y un punto más de ajuste que su primera. Y el toro ese ritmo y prontitud que aprovechó Cayetano para ir hilvanado tandas templadas y reposadas. Al natural, al final de la faena, llegaron los muletazos más conseguidos. Un final de rodillas y media estocada trasera elevaron la obra a la oreja conquistada pese a los dos golpes de descabello que fueron necesarios para atronar al toro. Era el pasaporte para la puerta grande de Cayetano.

El jabonero sexto fue otro toro de nota que sacó movilidad desde el inicio de su lidia. Quiso Roca Rey cambiar el tercio de varas con un solo puyazo pero el presidente ordenó una nueva entrada al caballo. El toro siguió embistiendo con acometividad en la distancia larga, pero Andrés, tras un inicio escalofriante con pases cambiados por la espalda, se empeñó en la reducción de terrenos. El de Jandilla protestó más. No hubo entendimiento entre toro y torero pese a la voluntad y la valentía de Roca Rey. Para amarrar el triunfo, se fue con fe tras de la espada. Pero el pitón del toro alcanzó y desequilibró al torero. Rota la espada por la empuñadura y la cornada que se presintió tras un derrota ya en el suelo. Quiso mantenerse en el ruedo Andrés, pero la sangre brotaba por su muslo izquierdo. Lo descabelló Perera y el público premió la entrega del torero con una oreja que no pudo pasear el joven diestro. Tampoco pudo acompañar a Cayetano en la salida a hombros.

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FICHA DEL FESTEJO 

Pamplona, martes 11 de julio de 2017. 7ª de Feria. Lleno.

Cinco toros de Jandilla y uno de Vegahermosa (1º), bien presentados aunque de desiguales hechuras. Conjunto noble y con clase. Destacaron el pronto segundo pese a su tendencia a salir suelto, un tercero mientras duró por el pitón derecho, el notable quinto que siempre fue a más y el sexto, con movilidad.

Miguel Ángel Perera, silencio y saludos.

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Cayetano, oreja y oreja tras aviso.

Andrés Roca Rey, oreja tras aviso y oreja.