"Señoras, señores, me alegro, buenos días...

Hay dos focos de noticias. Uno es Bruselas, donde un tío en la Estación de la Grande-Place, donde siempre hay gente, sea la hora que sea, iba con un carrito, se puso a chillar ¡Alá es grande!, llevaba unos cables y un artefacto y, afortunadamente, la policía o los soldados -no hay sido clara todavía la crónica- le pegan dos tiros y evitan una masacre. Luego escenas de pánico, servicio ferroviario interrumpido y la búsqueda de dos tíos que al parecer huyeron después de la explosión. Felizmente, no hay que lamentar ninguna desgracia más allá de la muerte del individuo que llevaba la bomba.

Y luego Portugal, donde las desgracias se acumulan. Un cúmulo de situaciones esperadas o inesperadas, están provocando que en Portugal no se pueda controlar todavía el incendio pavoros que lleva cinco días y que está laminando zonas y zonas, y aldeas y, sobre todo, llevándose por delante vidas humanas. Más de 61 personas hasta ahora. Hay una fotografía viral de los bomberos, después de haber trabajado sin descanso, echados en un parque absolutamente agotados, extenuados. La lucha contra el fuego no quiero imaginarme el trabajo que lleva, el peligro que lleva, y el sacrificio que supone. Hay más de mil personas trabajando sin descanso para intentar sofocar esas llamas en la zona de Gois y Pampilhosa la Serra, donde se han desalojado una treintena de pueblos, peros las condiciones son muy adversas. Hace mucho calor, esas cosas que se llaman tormentas secas. El combustible vegetal, el viento... Hay allí trabajando medios aéreos de España, de Francia, de Italia, de Marruecos. Y ahora mismo crece una cierta indignación popular contra el Gobierno portugués en Portugal por la mala gestión de la catástrofe. Tiempo habrá de analizar esas cosas. Ya les digo, si esos 61 muertos se hubiesen producido en la provincia de Salamanca, o en la provincia de Huelva, o en la de Cáceres, yo no sé dónde se podía meter el presidente del Gobierno, el Gobierno entero y medio país. 

Hoy se espera la presencia de Cristóbal Montoro -es una alegría- en el Congreso de los Diputados. Qué interpretación hace de que el Constitucional le diese un rapapolvo por aquella amnistía fiscal. No esperen ustedes que anuncie bajada de impuestos, porque esto de la bajada de impuestos los socialdemócratas de derechas, también como los de izquierda, lo utilizan solamente como la zanahoria. Llegan las elecciones, voy a haceros una rebajita de los impuestos confiscatorios, por cierto. La rebajita te la compensan con otra cosa y lo que no te quitan por un lado te lo quitan por otro, no vayan ustedes creer.

Hoy dice además cosas muy interesantes el editorial de ABC acerca de las palabras de Montoro justificando, diciendo que Cristiano Ronalo es inocente todavía. Lo cual es verdad. Pero oíga, espérese que se manifieste un juez. No justifica el delito fiscal, pero dice que estas cosas tienen que sustanciarse. Pero es que eso contrasta muy mucho con la criminalización generalizada del contribuyente. La ejecución de liquidaciones, de embargos administrativos, siempre con carácter preventivo, porque para Hacienda tú eres culpable siempre, culpable, da igual lo que digan los jueces. Oiga, dentro de cinco años, el contencioso que diga lo que quiera. Pero mientras tanto, suelta. La arbitrariedad, la disparidad de criterios que emplea la Agencia Agencia Tributaria, la imposición de sanciones que no guardan debida proporción con la infracción comentida... En todo ese exceso ha caído Hacienda bajo el mandato de Montoro. Así que Montoro que lo cuente, si le parece bien, hoy en el Parlamento.

Y siempre hay 'Pasión de socialistas', porque la inconsistencia a veces no tiene límite. Y la inconsistencia de Pedro Sánchez en estos primeros compases deja perplejos a propios y extraños. Ahora todo está en, como sea, juntar a quien sea, para llegar a la Moncloa. Y para eso, insta a reunirse a Iglesias y a Rivera para, entre los tres, buscar una alianza a 176 diputados. Antes de que este juntara a 176 y montara una moción de censura, Rajoy ya había convocado elecciones. Es donde se verá qué repaso de cuentas le echan lo que han perdido el Congreso a Pedro Sánchez. Es decir, el susanismo ahí está agazapado y callado diciendo "ya llegará mi hora". Pero no crean ustedes, las navajas saldrán a relucir antes o después. 

Ya le han dicho, tanto Iglesias como Albert Rivera, que con ellos no cuente, que es imposible, que uno y otro no van juntos, que no entre en bucle, que no quiera negociar con los dos porque los dos no tienen nada que negociar. Iglesias lo que quiere es que haga un acuerdo con él y luego sume a toda la escoria que hay por ahí suelta. Bildu y lo que normalmente apoya a Iglesias. O intercambia con Iglesias algún Ayuntamiento o alguna cosa. La incosistencia es llamativa. 

Y luego el espectáculo del Ayuntamiento de Madrid. Ese Ayuntamiento de Madrid que gobierna Ahora Madrid gracias al apoyo del PSOE, todo hay que recordarlo, resulta que tiene dos concejales, Carlos Sánchez Mato y Celia Mayer, que son dos cuentistas de órdago, que han sido imputados por malversación, por prevaricación. ¿Y qué hicieron? Estaban buscando a ver si podían encontrar alguna cosa contra el PP de Gallardón y dijeron vamos a repasar los contratos del Open de Tenis. Y los técnicos del Ayuntamiento le dijeron "los contratos están bien, buscad por otro lado porque por aquí no hay nada". Entonces ello dijeron "no, no, voy a contratar dos despachos de abogados a 50.000 euros cada uno" A ver si encuentran algo. Contra el criterio de los técnicos municiopales y los interventores, "cuidado que ese dinero, si se paga, ha de ser con concurso". Y además pagar un despacho de abogados solamente para ver si encuentro algo de corrupción antigua del PP, en fin...

Pues el juez considera que eso es digno de ser imputado. Y el código ético de esta gente -que, curiosamente, esta gente tiene código ético, intercambiable, como todos- dice que cuando estás imputado, fuera. Pero esto solamente pasa con los demás, no con ellos. Ellos han dicho que no, qué dices, qué dices. Y ahí siguen. La tienen de cemento armado. ¡Qué cantidad de golfantes!".