Una única meta para justificar la deriva independentista en la que quieren sumergir a Cataluña. Los partidos secesionistas lograron en las elecciones de 2015 la mayoría de escaños en el Parlamento catalán. En total, 72 sillas que se repartieron así: 62 para Junts Pel Sí y 10 para los radicales de la CUP. Sin embargo, sus pretensiones independentistas no tuvieron el respaldo amplio de los catalanes. Sólo el 47,80% de ellos votó por una de estas dos listas. 

La inferioridad numérica en votos no ha sido, sin embargo, un gran problema a los secesionistas a la hora de embarcar a todos los catalanes en una aventura suicida que tuvo como momentos álgidos la celebración del referéndum ilegal del 1-O y la posterior declaración unilateral de independencia en el Parlament. Tras la aplicación del artículo 155 por parte de Rajoy para encauzar de nuevo la situación por la vía legal y la consecuente convocatoria de elecciones para el 21-D, los partidos rupturistas ven de nuevo en esta cita otro intento para conseguir esa mayoría de votos que desde 1995 se les resiste. 

"Si no tenemos un mandato clarísimo, firme y que nos dé muchísima fuerza, es verdad que nosotros somos demócratas antes que independentistas", señaló hace unos días Marta Rovira, de ERC, cuando se le preguntó si el 'procés' se frenaría ante la opción de quedar por debajo del 50% en votos. "Si el 21-D hay una mayoría clara de votos y escaños para la independencia es imperativo que se respete", aseguraba por su parte Puigdemont desde su exilio en Bélgica. 

Los sondeos destacan que la participación en el 21-D puede llegar a su registro máximo. La última encuesta del CIS, publicada a primeros de mes, anunciaba que el 84,6% de los encuestados habría manifestado que iría a votar 'con total seguridad'. La encuesta de Gad3 para ABC cifra la participación en más de un 82%. Un dato muy destacado atendiendo a que el récord hasta la fecha se sitúa en 2015, cuando el 77,6% de los votantes acudió a ejercer su derecho a voto. En el resto de citas, el porcentaje de participación osciló entre el 54% y el 68%.  

Según el mismo estudio de Gad3, la movilización histórica recompensará, previsiblemente, a Ciudadanos y al PSC. El partido que lidera Albert Rivera obtendría 235.000 votos más que en las autonómicas anteriores, mientras que la formación de Miquel Iceta ganaría otros 135.000 votos. Entre ambos subirían 370.000 votos, mientras que el PP caería apenas 9.000 respecto a los comicios pasados.

Lo cierto es que desde 1999, los partidos nacionalistas se han quedado sin la mayoría de votos. En 2012, CiU, ERC y la CUP sumaron el 47,87% de los votos. En 2010 y 2006 alcanzaron el 48% y en 1999 el apoyo bajó incluso al 46%. En 1995, CiU y ERC sí sumaron el 50,93% de los votos totales, aunque por entonces la mayoría de votantes de CiU no se declaraba independentista.

Todas las encuestas publicadas este viernes de cara al 21-D vuelven a dejar patente que las fuerzas secesionistas no obtendrán tampoco la mayoría de votos anhelada. De hecho, solo la encuesta de 'El Periódico de Catalunya' les asegura conservar la mayoría absoluta en el Parlament mientras que los partidos constitucionalistas emergen como las grandes triunfadoras. C's, incluso, podría ser la primera fuerza en votos y en escaños según los sondeos de 'El País' y 'ABC'. Esto supondría un duro revés para el discurso independentista, que una vez más ve como su planteamiento rupturista no recibe el respaldo de los electores.