Cuando muere San León I, es elegido Pastor de la Iglesia Universal, servicio que ejercerá durante sus últimos siete años de vida. En este periodo su celo por la comunidad eclesial, le empuja a trabajar en el asentamiento de los principios disciplinares y también jurídicos. Entre los múltiples problemas que tuvo que corregir destacan el afán de poder de algunos clérigos de Las Galias, y los problemas de comunión en diversos puntos de la geografía española. Por ello se definía como un defensor de la unidad en Cristo Jesús. También dejó un gran elenco de construcciones, como es el caso de varias capillas en la Basílica de Letrán. También levantó un Monasterio que le puso bajo el patrocinio de San Lorenzo. Así dejó un testimonio dedicado al Apóstol San Juan, al que atribuyó la cantidad de beneficios que le dispensó el evangelista en las dificultades que se le plantearon en su vida ministerial. Muere el último día de febrero en el año 468. Su confianza en Dios siempre le hizo ser fuerte en el combate. Iconografía: Las imágenes que hay son de busto. Otros Santos: Román, Augusto y Antonia.