Que no se preocupe que el triunfo grande llegará. Las batallas están siendo suyas y por actitud y fondo, Juan del Álamo ganará la guerra porque está llamado a llegar arriba. Lo está rozando, sigue creciendo y ya es algo más que un torero revelación. Es una realidad.Porque la segunda tarde del ciclo madrileño ha sido del salmantino, de principio a fin. La oreja, para levantar esperanzas, en su primer toro. Un sobrero de Vellosino que sustituyó al titular de Martín Lorca. Toro mansito, altón, que rompió a embestir en la muleta y que permitió a Juan del Álamo realizar una faena de buen nivel. Basada en el pitón derecho, el salmantino tuvo la virtud de alargar y tirar mucho del toro. Y con la firmeza de plantas como premisa, se vio a un torero muy entregado. Del Álamo supo templar y exprimir al máximo al toro. Y como colofón una perfecta estocada. Justa la oreja.El sexto de Martín Lorca tuvo su exigencia. Fue perfectamente picado por Óscar Bernal y de nuevo Juan del Álamo con la quietud de plantas como principal baza. Todo por abajo, siempre intentando torear en redondo, el toro pedía un mando que Juan supo aplicar. Después llegó la voltereta. Seca, a plomo cayó el torero tras una trinchera. Parecía estar KO, pero salió la raza de un torero que iba a por todas. A izquierdas el toro se lo pensó más y volvió a la diestra el salmantino para terminar de apurar la embestida del toro por este pitón. La plaza expectante de una espada que se antojaba crucial para traspasar el fielato de la Puerta de Madrid. Pero los reiterados pinchazos dejaron cerrada la cancela. Para otra vez será...El resto del festejo tuvo poca historia. Tan poco como la corrida de Martín Lorca, cuajada, bien armada pero vacía por dentro.Una mole abrió plaza. 602 kilos, remate y seriedad a partes iguales. Se abrió de capa con gusto Ángel Teruel, mejor por el pitón izquierdo por donde se desplazó más y mejor el toro. La faena transcurrió de más a menos. Teruel estuvo compuestito, con buen aire, pero sin traspasar la frontera de lo correcto. Siempre al hilo, no hubo ligazón ni emoción. Con el soso cuarto Teruel se enfrascó en una labor insustancial y de largo metraje que no tuvo brillantez en ningún momento.  El segundo fue otro toro noblón pero sin chipa ni alma. Una tanda duró el toro con viveza, después todo fue un la sucesión de pases sin emoción y a destajo de un Miguel Tendero que volvía a Madrid tras su oreja del pasado domingo y que no pasó de voluntarioso. Como con el apagado quinto, un toro soso hasta desesperar al más pintado. No hubo opciones para el albaceteño. FICHA DEL FESTEJO Madrid, sábado 10 de mayo de 2014. 2ª de Feria. Dos tercios de plaza. Toros de Martín Lorca, bien presentados, mansos, descastados, sosos aunque manejables en líneas generales. Un sobrero de Vellosino (3º bis), de feas hechuras, manso y noble. Ángel Teruel, silencio y silencio. Miguel Tendero, que sustituía a David Galván, silencio y silencio. Juan del Álamo, oreja y saludos tras aviso. Lo rozó con los dedos