Este martes se ha presentado en Barcelona una plataforma que da mucho que pensar. La forman 60 directivos de empresa y profesionales liberales afincados en Cataluña que proceden de otros países de la Unión Europea. La plataforma que han creado se llama: “¿Cataluña fuera de Europa? No”. Y su rechazo al proceso secesionista es rotundo. Han tenido que ser estos ejecutivos que no han nacido en Cataluña los que recuerden lo que es evidente y muchos silencian. La independencia, como han dejado claro en Bruselas, supone la salida de la Unión e implica claros perjuicios económicos. La Generalitat insiste en argumentar que la readmisión sería inmediata y que no habría perjuicios. Afirmación que falta claramente a la verdad. Los integrantes de la plataforma, de hecho, piden seguridad jurídica para sus inversiones. Este pensamiento, que sin duda es compartido por muchos empresarios y profesionales catalanes, no se expresa abiertamente. Hay una especie de silencio temeroso. El nacionalismo independentista ha impuesto una suerte de pensamiento único con el que no conviene enfrentarse porque al fin y a la postre no se pueden hacer negocios teniendo en contra al Gobierno.