Olivenza (Badajoz), domingo 3 de marzo de 2012. 2ª de Feria. Matinal. Tres cuartos de entrada. Novillos de El Freixo, bien presentados, apretados de carnes y de juego desigual. Conjunto noble en distinto grado. Destacó el encastado 2º y el noble y enclasado 7º, que fue indultado. Miguel Ángel Silva, oreja tras aviso y saludos. José Garrido, dos orejas y oreja. Posada de Maravillas, dos orejas y dos orejas y rabo simbólicos. Lama de Góngora, oreja y silencio tras aviso. Los negros nubarrones que coronaron el cielo oliventino fueron despejados por la revelación de un novillero en la mañana de su debut con picadores. Posada de Maravillas, nombre poético que llevó al éxtasis al coqueto coso pacense. También otro feliz debut, el de El Juli como ganadero en festejos mayores. Encierro noble, con calidad en algunos ejemplares y que tuvo como cumbre la casta del segundo y la calidad del séptimo, indultado en un exceso del palco. Naturalidad y gusto. Estas dos cualidades son el perfecto resumen de la tauromaquia de Posada de Maravilla. De frágil apariencia, el nieto de Juan Posada de presentó en Olivenza para deslumbrar con su toreo. Desde que se abrió de capote evidenció unas formas que encandilaron a los tendidos. Pero el cante grande llegó con la muleta, especialmente manejando la zurda. Compás, ritmo y apostura para ir trenzando poco a poco una gran faena, siempre bien acompañada con su cuerpo. Se tiró tras de la espada para conseguir un doble trofeo más que merecido. Pero si sorprendió en su primero, en su segundo deslumbró. Qué manera de torear. Simplemente bordó el toreo con una ejemplar flojito pero de una gran bondad. El temple que imprimió Podada de Maravilla obró el milagro y el toreo brotó en una sinfonía al natural con dos tandas verdaderamente grandes. Enganchando al novillo muy adelante, ajustando el embroque y despidiendo siempre por detrás de la cintura al ejemplar de El Juli. Luego llegó un final con ayudados de sabor añejo que dieron paso a la petición de un indulto que se concedió en tono menor por la condición del toro: nobleza, sí; bravura, no. Lo que quedará y perdurará en las retinas será el deslumbrante debut de un novillero ilusionante como Posada de Maravilla. También salió a hombros otra esperanza de futuro del toreo extremeño, José Garrido. A gran nivel rayó José en su primero, desde que se fue al tercio para recibir al novillo con un farol de rodillas a portagayola hasta el posterior saludo a la Verónica, de gran trazo. La faena de muleta del pacense de desarrolló siempre bajo los parámetros del mando y ligazón. Siempre bien colocado, Garrido supo conducir perfectamente las temperamentales embestidas del novillo de El Juli. Faltó un punto de temple en algún pasaje, pero lo solventó rápido el producto de la Escuela de Badajoz. Mató con contundencia para pasear dos orejas. Otra más obtuvo del sexto, esta vez por una faena de largo metraje en la que de nuevo salió a la luz la firmeza y el trazo de Garrido sobre todo en ltoreo fundamental. La estocada, perfecta de ejecución y colocación ayudo a la concesión del trofeo. Una eternidad tuvo que esperar Miguel Ángel Silva antes de recibir a portagayola a su primero y de milagro que no me rozó la cara la descompuesta salida del novillo de El Freixo. Brindó a Antonio Ferrera para después cuajar una faena a más que comenzó a izquierdas y que término a derechas con dos grandes series, embarcando perfectamente y llevando toreado y por abajo las embestidas del novillo. Remató la faena de una estocada algo tendida que necesitó de un golpe de verduguillo. El cuarto no le dejo redondear a Miguel Ángel Silva, en buena parte por un brutal golpe del novillo de El Freixo contra un burladero justo antes del inicio de la faena. Silva quiso insistir en busca del triunfo pero al animal me costaba un mundo mantenerse en pie. Además falló a espadas. Más complicadito salió el cuarto, al que le faltó siempre un tramo al final de su embestida. Lama de Góngora tiene apostura y estilo y o demostró en pasaje sueltos de su faena. Algún redondo tuvo relajo y otros trinchera zona sabor, así como un final al natural a pies juntos soltando los vuelos de la muleta. La estocada final cayó caída y redujo el premio a una oreja. El octavo fue otro novillo manejable con el que el sevillano estuvo más a gusto con la izquierda, con varias tandas de buen corte pero de escasa conexión con los tendidos. Eso, y el fallo a espadas dejaron sin salida a hombros a Lama de Góngora.