Burgos, sábado 29 de junio de 2013. 1ª de Feria. Más de tres cuartos de plaza. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados, flojos, sin raza y deslucidos. El más toreable, el tercero, aunque sin llegar a "romper" lo suficiente hacia adelante. Morante, ovación y pitos. Sebastián Castella, silencio tras aviso en ambos. Jiménez Fortes, dos orejas y oreja tras aviso.Morante, que trenzaba el paseíllo en la misma plaza en la que hace dieciséis años tomara la alternativa, también en un día de San Pedro, no pudo conmemorar la efeméride de forma triunfal por falta de toros.Ni con el que insulso primero, con el que hizo un esfuerzo baldío, ni con el inválido cuarto, al que despachó con suma brevedad por las nulas opciones que brindó el astado, logró interesar Morante a la afición burgalesa, decepcionada por no haber podido disfrutar de uno de sus toreros predilectos.A Castella le pasó algo parecido. No tuvo suerte el francés con un lote nada apto para el lucimiento, condicionado sobremanera por su escasa fortaleza, y con el que llevó a cabo dos faenas tan largas como carentes de contenido por la poca colaboración de sus oponentes.El joven malagueño Jiménez Fortes, que hacía su debut en Burgos, fue, a la postre, el que acabaría llevándose el gato al agua al cortar las dos orejas de su primero, el "cuvillo" más toreable de todo en el envío, y al que planteó una faena vibrante y valiente, que caló hondo en los tendidos.Con el sexto, muy medido también de fuerzas, estructuró Fortes una labor de mucha entrega, con la que suplió las carencias de su antagonista, y que le valió para cortar otro apéndice.