"Esta acción provocativa es un desafío grave a la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU", afirmó Abe, que adelantó que pedirá al organismo internacional "acciones concretas" tras un ensayo que consideró una gran amenaza para Japón que no puede "tolerarse". "Corea del Norte esta fortaleciendo la capacidad de sus misiles que podrían convertirse en armas de destrucción masiva. Para Japón es una amenaza grave a la seguridad de nuestro país", detalló Abe en un comunicado. Japón además confirmó que estudia aprobar sanciones adicionales a las que implemente la ONU contra el régimen de Kim Jong-un, mientras que incrementará los análisis para detectar radiación tras la prueba nuclear norcoreana, la tercera tras las realizadas en 2006 y 2009. Entre estas medidas, Tokio se plantea prohibir la entrada en Japón de aquellos simpatizantes del régimen norcoreano que viajen al país comunista. Por su parte, el ministro portavoz nipón, Yoshihide Suga, adelantó que los líderes de EEUU, Corea del Sur y Japón estudian ponerse en contacto para analizar el resultado de la prueba, mientras que Abe convocó al embajador estadounidense en Tokio para mantener una reunión de urgencia. Además, según Suga, EEUU avisó ayer a Japón de la posibilidad de que Corea del Norte pudiera realizar de manera inminente su anunciada tercera prueba nuclear, en una comunicación anticipada que también habría recibido China. Antes de que Pyongyang confirmara la prueba nuclear, Japón convocó una reunión urgente encabezada por Abe, y en la que participaron expertos en seguridad nacional, tras detectar un terremoto "artificial" de más de 5 grados en la escala abierta de Richter en la base norcoreana de Punggye-ri. Según la Agencia Meteorológica japonesa, el terremoto de hoy provocó dos "olas sísmicas", una primera muy fuerte y otra más leve, similares a las de los test realizados en 2006 y 2009.