Se cuenta que hace ochocientos años, San Francisco de Asís llegó a Madrid tras hacer el Camino de Santiago. El santo, patrono de la ecología y la Naturaleza, decidió instalarse en lo que hoy es el parque de Las Vistillas. El fundador de la Orden Franciscana quedó tan encandilado con el lugar y sus vistas sobre el río Manzanares que se construyó una pequeña cabaña. Con el paso del tiempo, la choza se convirtió en la basílica de San Francisco El Grande.

Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Muy cerca de la humilde morada que levantó San Francisco, se encuentra un parque entre las calles Jerte y Rosario. Uno de esos pequeños oasis que oxigenan la ajetreada vida del centro de 'los madriles': el parque de la Cornisa.

Un homenaje con velas este martes día de Todos los Santos a los 25 árboles talados ya en ese histórico parque de la Cornisa y un picnic multitudinario, convocado para el próximo sábado a las doce del mediodía. Son las últimas acciones de los vecinos del barrio de las Vistillas en pleno centro. Es un desesperado intento por frenar la radical transformación de este oasis en La Latina en un espacio bastante menos verde.

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Olivia es una de esas vecinas corniseras con las que hemos hablado. “Que no talen ni un árbol más, que dejen el parque tal y como está. Así es como nos gusta a los vecinos y vecinas del barrio. El proyecto que pretenden realizar aquí pasa por talar árboles, eliminar praderas y plantar arbustos. Además, los bancos de madera actuales con su respaldo para apoyar la espalda, sobre todo para la gente mayor, se sustituyen por bancos corridos de granito. No entendemos por qué van a hacer un cambio tan radical cuando tan solo pedíamos una limpieza y un mantenimiento del parque”, asegura Olivia.

Además de todo eso, el proyecto contempla la construcción de un anfiteatro con un graderío para espectáculos, un área para perros y el traslado del parque infantil a una zona sin sombra.

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Silvia suele venir a este parque con su hija pequeña, alumna del cercano colegio del Sagrado Corazón y reconoce que “hay muchas personas descontentas con esta reforma porque lo más lindo es que el parque siga teniendo sus árboles y sus zonas verdes. Sería genial que lo dejaran tal cual”.

Los vecinos se quejan de que nadie del Ayuntamiento les haya consultado y califican la reforma del parque de película de terror. Temen que el siguiente estrapalucio municipal tenga lugar en los jardines de las Vistillas.

Por su parte, la Junta municipal de Centro, de la que dependen las obras del parque de la Cornisa, alega que los árboles talados estaban dañados por la furia de Filomena (no todos dicen los vecinos) y sus treinta horas sin parar de nevar, hace ya casi dos años. El presupuesto de este polémico proyecto de remodelación, tan contestado por los vecinos, supera los 800.000 euros.