Muchas personas, pero sobre todo las que tienen la piel clara, tienen alguna peca en alguna parte del cuerpo.

Especialmente en zonas foto expuestas como puede ser el rostro, las mejillas, la nariz y los brazos para que las pecas se intensifiquen con la exposición solar. Y de ahí la importancia de la protección solar.

Riesgo de cáncer

El tumor maligno puede aparecer tanto a partir de piel normal o a partir de una pieza que ha cambiado. Resulta importante detectarlo con tiempo, ya que un diagnóstico y tratamiento precoz implica un aumento importantísimo de las posibilidades de curación.

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Lo importante es saber qué riesgo hay de que un lunar se convierta en un cáncer de piel. Aunque las pecas comunes no son cancerosas, las personas que presentan más de 50 pecas tienen un mayor riesgo de sufrir un melanoma.

Un proceso de autoobservación para prevenir

Se recomienda acudir a un dermatólogo si se presentan los siguientes cambios: cambios de color, si el lunar se vuelve más pequeño o mayor sin uniformidad, si cambia su forma, textura o altura, si la piel de la superficie se vuelve seca o escamosa o si el lunar se vuelve duro.

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También cabe mencionar que las pecas adquiridas normalmente van cambiando lentamente a lo largo de los años con una pérdida de la cantidad de pigmento, ya menudo con una superficie verrucosa.

Lo mismo ocurre con las manchas en la piel

En este caso, hay que tener cuidado con las manchas que aparecen o empeoran con el sol, ya que una nueva exposición agravará o hará que reaparezca el problema.

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Especial dificultad es el tratamiento de la melisma, puesto que tiene influencia hormonal y una sensibilidad al sol extrema. Por tanto, el tratamiento debe ser continuado. Es posible conseguir un blanqueamiento total, pero la hiperpigmentación puede reaparecer.

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Protegernos del sol, no solo en verano

Por supuesto, existen determinados problemas que no solo deben ser tratados con foto protección en verano, porque pueden agravarse también con exposiciones solares en otra época del año.

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Además, la exposición prolongada al sol no solo produce manchas, sino también envejecimiento prematuro de la piel, que se llena de arrugas e irregularidades, y lo que es más grave, inducir al cáncer de piel.

De hecho, este ha aumentado un 102% desde el año 2000. La importancia radica en un diagnóstico a tiempo, así cualquier mancha nueva o cambio en un lunar debe ser consultado a un dermatólogo, al que deberíamos acudir con regularidad para control.