El encuentro de fútbol entre el Real Oviedo y el Racing de Santander disputado el pasado 16 de marzo había sido declarado de "alto riesgo" por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenobofia y la Intolerancia en el Deporte. La rivalidad de los dos equipos llevó a la Policía Nacional a establecer un dispositivo preventivo para evitar incidentes y detectar a posibles seguidores radicales. Los controles y los chequeos permitieron aislar a los ultras y fueron identificados más de cien integrantes del grupo ultra cántabro denominado "Juventudes Verdiblancas" que habían acudido en vehículos particulares hasta la capital asturiana "con la presumible intención de evitar medidas de seguridad y facilitar un posible enfrentamiento entre los aficionados de ambos clubes", según ha informado la Policía Nacional.

Controles y objetos requisados

Fruto de esos controles, los agentes intervinieron un hacha de grandes dimensiones, un spray de defensa personal, un artefacto pirotécnico, varios pasamontañas, sustancias estupefacientes y decenas de pegatinas con mensajes incitadores a la violencia. Siete aficionados radicales llegados desde Santander fueron propuestos para posibles sanciones que, según las leyes de Seguridad Ciudadana y contra la Violencia, el Racismo y la Xenofobia van desde los 150 euros, si son infracciones leves, hasta los 650.000, en los casos muy graves.

La Policía Nacional asegura que su anticipación y labor preventiva evitó un "nuevo enfrentamiento de incierto desenlace" entre aficiones futbolísticas radicales y deja claro que "no son conductas generalizadas" entre los aficionados del Real Oviedo pero "sí existe un cierto grupo de seguidores ultras" con comportamientos "violentos, racistas y xenófobos que, en ningún caso respetan la ética deportiva".

Incidentes en el partido Oviedo-Leganés

Los agentes también han propuesto para sanción a 30 aficionados radicales del Real Oviedo que provocaron incidentes en las inmediaciones del estadio Carlos Tartiere antes del partido que el club azul disputó ante el Leganés el pasado 27 de enero.

Según el relato de la policía, los ultras del Oviedo se dirigieron hacia un grupo de aficionados del Leganés y ambos grupos llegaron a arrojarse botellas de cristal, si bien la intervención policial logró "disolver y hacer huir del lugar al grupo agresor, evitando de esta manera un más que probable incidente violento tumultuoso de graves consecuencias".