Pocos esperaban que el Real Madrid llegara a semifinales en la Liga de Campeones. Lo que ha presenciado el mundo del fútbol en la madrugada de ayer trasciende lo meramente deportivo para ofrecer un paradigma ante la vida. Cuando salió del bombo el enfrentamiento entre el actual campeón de Europa y el ganador de 14 ediciones del trofeo más prestigioso, se preveía una final anticipada. El empate en el estadio Santiago Bernabéu fue emocionante y competido.

La última vez que perdió en el “Etihad Stadium” el equipo propiedad del jeque Mansour bin Zayed Al-Nahyan, en la Liga de Capeones, fue hace seis temporadas. Cada año los “skyblues” se refuerzan con los mejores jugadores, entrenados desde hace ocho temporadas por Pep Guardiola. El club-Estado de Abu Dhabi, con accionariado mayoritario de los Emiratos Árabes Unidos, ha realizado en esta temporada una inversión por valor de 241 millones de euros en fichajes de futbolistas. Las ventas han alcanzado más de 162 millones, lo que demuestra la continua renovación de deportistas.

Desde 2017 la sociedad propietaria del Manchester City posee el 44,3% del Girona F.C.; el mismo porcentaje que ostenta Pere Guardiola, hermano del actual entrenador. Pero este entramado financiero y deportivo se extiende a otras muchas entidades deportivas a nivel mundial. La situación económica pudo afectar al “Fair Play Financiero”, como estableció la UEFA, que motivó la suspensión del equipo en competiciones europeas durante dos años. Esta resolución fue revisada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo que la revocó en 2020. Lo cual originó las críticas de entrenadores rivales directos como Klopp del Liverpool y Mourinho entonces del Tottenham. Es importante destacar estos datos económicos-deportivos que convierten a “The Citizens” (los ciudadanos) en un equipo con algunos de los mejores jugadores del mundo. Abarrotado de seguidores mancunianos en la húmeda ciudad textil e industrial inglesa, en donde radica la central de “Kelloggs” o de la “Rolls Royce”, y al son de canciones de los inmortales “The Beatles”, como “Hey Jude”, el aspirante a la quince “Orejona” europea, representante único de la marca España, firmó una noche épica, realizando una resistencia numantina. El equipo entrenado por Ancelotti, acostumbrado a poseer el balón y a jugar al ataque, en esta ocasión tuvo que cambiar de táctica y de estrategia. Después de inaugurar el marcador a los once minutos con un control magistral de Bellingham y doble remate de Rodrygo, no dejó de sufrir y aguantar las embestidas de los Grealish (el fichaje más caro: cien millones de libras) y después Doku, a quienes frenó Carvajal, De Bruyne, Foden o Haaland, hasta lograr el empate en el 75’.

El asedio constante al que fue sometido el equipo merengue duró los 90 minutos, más los 30 de la prórroga. Pese a la superioridad real de los “celestes” todos los jugadores madridistas se sacrificaron solidariamente, formando un bloque medio y bajo con una concentración extraordinaria, hasta terminar exhaustos antes de la tanda de penaltis. Sirva como dato los 18 lanzamientos de esquina del equipo local, frente a sólo 1 del visitante; o la posesión del 67% frente al 33% respectivamente. Los “citizens” atacaban con verticalidad y los “blancos” defendían con disciplina y concentración. Con el pitido final llegaron los lanzamientos desde los once metros. El sorteo hizo que comenzara a disparar el veterano Modric, cuyo tiro defectuoso detuvo Ederson. Entonces comprendí que el Real Madrid ganaría la eliminatoria, porque forma parte de su ADN sobreponerse —una vez más— a las situaciones adversas. Aquí cobra especial protagonismo el portero suplente ucraniano Lunin, que hizo olvidar al lesionado Courtois, al parar los penaltis a Bernardo Silva (que lanzó a lo Panenka) y a Kovacic. Que defensas como Lucas Vázquez, Nacho o Rüdiger, para redondear la noche mágica blanca marquen con el aplomo que lo hicieron, viene a demostrar que la suerte hay que trabajarla.

El MVP fue para Fede Valverde que acabó dándolo todo. Las críticas negativas de los periódicos ingleses al City son injustas, porque jugaron mejor, aunque no ganaron. Si “90 minuti en el Bernabéu son molto longo” (Juanito dixit en 1986 frente al Inter de Milán), a partir de ahora 120´ del Madrid en el “Etihad” dan para una eternidad. La Decimoquinta en Wembley pasa por vencer al Bayern y después al club-Estado de Catar, el PSG de Mbappé. Sin olvidar el próximo Clásico.