Fue milagroso que finalmente de trenzase el paseíllo este lunes en la plaza de Valencia. La lluvia caída durante las horas previas al festejo habían dejado el ruedo convertido en un barrizal de complicado arreglo. Se recompuso como se pudo el piso y con algo más de diez minutos de retraso comenzó la tercera de Fallas.

Abrió plaza un novillo de El Parralejo hecho cuesta arriba y de feas hechuras que se movió con escaso celo en los primeros tercios. Se centró algo más cuando Leo Valadez bajó la mano y lo sometió en redondo. Al natural fue más complicado el gobierno de las telas por culpa del viento que azotaba el coso valenciano. Suficiencia técnica del azteca con un utrero que tampoco opuso muchas complicaciones. La estocada resultó perfecta de ejecución y colocación aunque el novillo tardase en caer.

El cuarto fue un novillo más informal, que embistió rebrincado y sin ritmo. Labor solvente del azteca, que quitó por lopecinas y después tiró mucho del novillo en la muleta. No le importó a Leo ponerse en el sitio para provocar el viaje de su oponente. Hubo más resolución que brillantez.

El primer novillo del lote de Diego Carretero tuvo mucha bondad aunque estuvo muy medido de raza y fortaleza. El albaceteño imprimó mucho temple en todo su quehacer, especialmente en el toreo al natural. Ayudó siempre al novillo a desplazarse con la suavidad con las que utilizó las telas. Sin tirones y a favor del animal. Los doblones finales elevaron la nota media de un interesante trasteo. La pena fue el feo goyetazo con el que pasaportó al de El Parralejo y que redujo el reconocimiento a una vuelta al ruedo.

El quinto fue el utrero más cuajado del sexteto. Le faltó fuelle y fondo para desarrollar la nobleza que llevaba dentro. Diego volvió a evidenciar que tiene una zurda para tener en cuenta en el futuro. Cuando el novillo comenzó a pararse, el joven novillero buscó la distancia corta y exprimir así las embestidas que tenía su oponente. Siempre dejando la muleta en la cara, fue tirando del novillo y componiendo perfectamente la figura. Metió la mano con habilidad y la oreja supo a premio global al conjunto y a la buena imagen mostrada.

Jorge Rico mostró su incipiente oficio y su necesidad aún de madurar. No terminó de acomplarse a su primero por culpa de un animal con movilidad pero escasa entrega por abajo y al vendabal desatado a estas alturas de festejo. Se alargó en una faena que acabó siendo silenciada.

Al terciado sexto le soplaron una vara muy dura y eso lo acusó después durante el último tercio. Rico puso voluntar y esta vez pudo dejar algún muletazo de buen trazo. Sin embargo, el trasteo nunca cogió vuelo por el escaso fuelle del novillo de El Parralejo.

FICHA DEL FESTEJO 

Valencia, lunes 13 de marzo de 2017. 3ª de Feria. Menos de un cuarto de plaza.

Novillos de El Parralejo, cómodos de cabeza y de muy desiguales hechuras. Desde los terciados primero y sexto a los más cuajados cuarto y quinto. Conjunto bajo de raza aunque manejable en distintos grados.

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Leo Valadez, saludos tras aviso y silencio.

Diego Carretero, vuelta y oreja.

Jorge Rico, silencio tras dos avisos y silencio tras aviso.