Celebramos hoy el día mundial de la radio. La radio es un medio de comunicación y una forma de acompañamiento que se ha ido adaptando desde su nacimiento, pronto hará un siglo, a los cambios que se han producido durante el siglo XX y el siglo XXI.

Ahora, en la época de la IV Revolución industrial, tras la digitalización, su existencia es más necesaria que nunca. Estamos en un contexto de comunicación cada vez más veloz, marcado muchas veces por un exceso de información. El entorno digital, con todas sus evidentes ventajas, provoca una avalancha informativa en la que cada vez se hace más difícil distinguir entre lo que es relevante y lo que no lo es. La multiplicidad de canales informativos disponibles a veces impide distinguir lo que es verdaderamente noticia. Asistimos al fenómeno de las noticias falsas y a la confusión entre lo anecdótico y lo verdaderamente relevante. Vivimos, de hecho, inmersos en un río de datos en el que a veces es difícil navegar. Y en otros medios, la lucha diaria por la audiencia no siempre proporciona la serenidad necesaria. En esta situación la radio tiene una importante tarea que realizar. Contando historias significativas, acompañando, seleccionando lo que de verdad importa, es un medio imprescindible para luchar contra la desinformación, contra el amarillismo. Desde la independencia, sin dejarse determinar por ningún poder político y económico, la radio hace una aportación decisiva a la vida democrática.