El presidente del Parlament de Cataluña, Roger Torrent, ha convocado precipitadamente para esta tarde un Pleno de investidura en el que el candidato a la presidencia de la Generalitat será el diputado y exconsejero de Presidencia, Jordi Turull. Con esta decisión se desactiva inicialmente el bloqueo político que vive Cataluña y se inicia un proceso de aparente normalización.

Una vez que el actual candidato a la presidencia, Jordi Sánchez, ha renunciado y anunciado su intención de abandonar la política, los separatistas apuestan ahora por un tercer candidato que está imputado por los delitos de rebelión, sedición y malversación por promover el referéndum y la posterior declaración de independencia.

Turull se encuentra en libertad bajo fianza, y aunque fuera elegido President su horizonte procesal va a hacer muy difícil el normal ejercicio de sus funciones y la continuidad de su presidencia. Nos encontramos en un tira y afloja que desgasta a las instituciones y mantiene en vilo a la ciudadanía.

La fórmula de Turull mantiene la ficción por algún tiempo, hasta que se abra paso un candidato libre de hipotecas judiciales y utopías ideológicas, que empiece a gobernar teniendo en el horizonte el bien común de los catalanes.