A tenor de algunas encuestas, el Partido Popular empieza a perder el apoyo de una parte de sus electores, y se multiplican las voces dentro del partido que reclaman a Mariano Rajoy que empiece a “hacer política”, más allá de una buena gestión económica.

Es cierto que esta gestión forma parte de una política sensata y realista que merece reconocimiento, pero no basta. Lo hemos visto estos días con los problemas suscitados por la reciente nevada en la meseta central y la ofensiva política lanzada por la oposición exigiendo responsabilidades.

El reclamo a “hacer política” debería traducirse en tomar iniciativas que se adelanten a las necesidades del país. El PSOE acaba de proponer un nuevo impuesto a la banca para garantizar las pensiones, una fórmula falaz porque terminará recayendo sobre todos los españoles. El Gobierno tendría que tomar iniciativa con una propuesta seria para el futuro de las pensiones. Uno de los grandes retos es el invierno demográfico y está pendiente una verdadera política para promover a la familia y favorecer la natalidad.

“Hacer política” implica también articular un discurso público atractivo y consistente sobre España y su papel en una Unión Europea que necesariamente tiene que renovarse.