Las críticas del socialismo de la Transición y sobre todo de los barones que se están jugando en sus territorio los futuros votos, han obligado al Partido Socialista a matizar su posición. Resulta que el pacto con Bildu no es un pacto a largo plazo, no es un pacto estructural a la espera de lo que diga Pablo Iglesias. Resulta que solo es una alianza puntual forzada para sacar adelante los presupuestos. Pero es que es falso.

El Gobierno del Partido Socialista y Podemos, contando con el PNV, claro está, necesitaba solo los votos de Ciudadanos para sacar adelante las cuentas. El voto de Bildu no era necesario. La alianza con Bildu a medio y largo plazo no es necesaria. Lo dicen los socialistas de la Transición.

Pero es que además tiene un componente ético importante. Es que los de Bildu todavía, a estas alturas, no han condenado ni un solo asesinato de la banda terrorista ETA.