Pascual Cabedo, agricultor: “Abandonar la agricultura es un lujo que no nos podemos permitir”

Un agricultor denuncia la falta de rentabilidad y la excesiva burocracia como principales causas del abandono del campo, y defiende el papel clave de la agricultura en la prevención de incendios y la soberanía alimentaria

Laura Palomo

Madrid - Publicado el

2 min lectura

Pascual Cabedo, agricultor, ha compartido una reflexión contundente sobre el papel esencial que desempeña la agricultura en la protección del medio ambiente y el abastecimiento alimentario de España. Cabedo ha señalado que “la agricultura es un gran cortafuegos”, destacando cómo el cuidado de los campos actúa como una barrera natural frente a los incendios.

“El hecho de estar en los campos permite detectar un fuego cuando empieza. Mantenemos los accesos limpios, facilitamos el trabajo a los medios de extinción…”, explica Cabedo, quien subraya también que las labores agrícolas reducen el llamado “combustible vegetal”, disminuyendo así la propagación de las llamas.

El abandono del campo: un problema de rentabilidad

A pesar de su importancia, la agricultura vive una crisis de abandono. Cabedo lamenta que esta actividad haya perdido atractivo para las nuevas generaciones, no por falta de vocación, sino por falta de rentabilidad: “No es un problema de relevo generacional, es que no es rentable. Muchos padres agricultores recomiendan a sus hijos que no se dediquen a esto”.

Durante el confinamiento, recuerda, se demostró la capacidad del sector agroalimentario para abastecer al país con productos de calidad, frescos y variados. Sin embargo, tras esa breve revalorización, “se volvió a abandonar algo que es vital para nuestra independencia alimentaria”.

Burocracia y competencia desleal

Cabedo también apunta a las trabas burocráticas derivadas de las normativas europeas, como las de la Agenda 2030, como otro factor de peso en la pérdida de explotaciones: “Todo está muy regulado, desde el uso del nitrógeno hasta el control fitosanitario. Muchos agricultores no pueden cumplir con todo esto”.

A esto se suma la competencia desleal de productos importados de países con normativas mucho menos estrictas. “Todos tienen derecho a vivir, pero nosotros necesitamos prioridad. Si hay tomate español, ¿por qué compramos de Marruecos?”, se pregunta el agricultor, que menciona también a Egipto, Turquía o Sudáfrica como países que compiten con ventajas injustas.

Iniciativas para la supervivencia del sector

Como respuesta a esta situación, Cabedo ha impulsado la plataforma EAP, que permite vender productos agrícolas online en toda España. “Queremos que el agricultor reciba un precio justo y que el consumidor pague menos que en el supermercado. Lo estamos consiguiendo, con productos más frescos y de mayor calidad”, afirma.  

A pesar de las dificultades, Pascual Cabedo asegura que le apasiona su trabajo. “Es muy duro, pero me encanta. Lo que te gusta supera todo lo demás”, dice con emoción. Sin embargo, lamenta que no haya suficientes personas como él: “Si esto sigue así, el monte seguirá ardiendo”.

Cabedo concluye con un llamado a la acción para defender la agricultura como un bien estratégico para España. “Estamos perdiendo una riqueza local y nacional que no podemos permitirnos abandonar. Hay que hacer todo lo posible para que la agricultura, especialmente la de pequeños y medianos agricultores, siga viva”.

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