Aparecen en Ourense los anillos que una antigua leyenda vinculaba con curaciones imposibles

El hallazgo de cuatro sortijas episcopales en el monasterio de San Estevo de Ribas de Sil reaviva un relato de fe popular que parecía perdido en el tiempo

Vania López Arias


Redacción TRECE

Publicado el

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En el corazón de la Ribeira Sacra, entre los cañones del río Sil, se levanta el monasterio benedictino de San Estevo de Ribas de Sil, un espacio cargado de espiritualidad y misterio. Allí, en el siglo X, se retiraron nueve obispos cuyos restos y reliquias quedaron custodiados en el claustro del templo. Con el paso de los siglos, la tradición popular les atribuyó un poder singular: sus anillos episcopales habrían obrado curaciones milagrosas, atrayendo a peregrinos que buscaban alivio a sus males. 

Esa leyenda, que durante mucho tiempo parecía fruto de la devoción, se materializó inesperadamente en pleno siglo XXI.

 Una restauración que cambió la historia  

En diciembre de 2020, un equipo técnico trabajaba en la restauración del altar mayor del monasterio. Lo que parecía una intervención rutinaria se convirtió en un descubrimiento extraordinario. Al mover los relicarios, aparecieron los restos de cuatro obispos junto a una bolsa de seda bordada en oro. En su interior, se conservaban cuatro anillos episcopales y un pequeño pergamino manuscrito que dejaba constancia de su uso:

“Estos quatro anillos son de los que quedaron de los nueve Santos Obispos. Los demás desaparecieron. Por ellos se pasa agua para los enfermos y sanan muchos”

El hallazgo confirmaba que aquellos objetos no eran un simple mito: parte de la historia que había alimentado la fe popular durante siglos era real.

Los anillos, de apariencia sencilla pero con detalles singulares, incluyen piezas con baño dorado, una turquesa y una piedra de color crema. Según los primeros análisis, realizados con fluorescencia de rayos X por especialistas del CSIC, podrían datarse entre los siglos X y XI. La nota manuscrita, sin embargo, se ubica en una cronología mucho más tardía, entre los siglos XVII y XVIII, lo que demuestra que ya entonces se tenía constancia de su desaparición. 

Rosa Veiga


 Entre la leyenda y la divulgación patrimonial  

El hallazgo ha tenido también una dimensión cultural inesperada. La escritora María Oruña había recuperado esta misma historia en su novela El bosque de los cuatro vientos, publicada meses antes de que los anillos reaparecieran, convirtiendo la realidad en una curiosa confirmación de la ficción.

Lejos de ocultarse, el descubrimiento se ha integrado en la estrategia de divulgación del monasterio. En octubre de 2024, se inauguró un mecanismo móvil para los relicarios, financiado por la Fundación Iberdrola, que permite a los visitantes deslizar las urnas y contemplar los frescos góticos del siglo XV y XVI que habían permanecido ocultos durante siglos. Junto a esta intervención, se presentaron réplicas de los anillos, que se exhiben en el propio templo para evitar la exposición de los originales.

Mientras tanto, los auténticos permanecen bajo custodia en dependencias de la catedral, a la espera de nuevos estudios. Expertos del Centro de Restauración San Martín de Ourense y del Obispado siguen analizando su composición metálica y su cronología exacta.

 Un legado vivo en la Ribeira Sacra  

El regreso de los “anillos milagrosos” demuestra que las viejas tradiciones aún pueden sorprender. Lo que comenzó como una historia de devoción medieval hoy se traduce en un recurso patrimonial y cultural de enorme valor, que aumenta el atractivo turístico de la Ribeira Sacra, candidata a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

San Estevo, con sus claustros, leyendas y tesoros recuperados, sigue siendo un puente entre el pasado y el presente. Y sus anillos, ocultos durante siglos, confirman que la frontera entre la fe y la historia a veces es más fina de lo que parece.

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