SANTORAL 26 DE ENERO

Timoteo y Tito: Los frutos de una conversión

Pablo el Apóstol de los Gentiles funda grandes comunidades con innumerables conversiones

Redacción Religión

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Una semana que termina con una característica muy particular en el Santoral: la unión de los Santos de dos días seguidos. Unos hacen alusión a otros. Un ejemplo era la Virgen de la Paz unida a San Ildefonso que se celebraba el día anterior. Otro caso es los Santos de hoy, San Timoteo y San Tito, que se desprenden de la Conversión de San Pablo, Apóstol de los Gentiles. Pablo, a quien ayer recordábamos en su conversión, pasando a ser el Apóstol de los Gentiles, se dedicó todo el tiempo a ser heraldo por Cristo. Muchos fueron los frutos que llevó a cabo en su predicación, entre los que se encuentra la fundación de diversas comunidades cristianas. Dos de sus discípulos fueron, precisamente, San Timoteo y San Tito. A ellos les encargó presidir como Obispos, dos Iglesias: La de Éfeso y la de Creta, respectivamente. Timoteo era oriundo de Listra. Hijo de padre pagano y madre cristiana, no conoció a Jesucristo hasta el primer viaje apostólico que llevó a cabo Saulo. Por su parte, Tito era uno de los más predilectos del Apóstol, cuyo testimonio le ayudó a descubrir a Cristo. El Apóstol de los Gentiles, le llama “hijo querido en la Fe”, mostrando de esa manera cómo le había ganado él mismo para la causa del Reino de los Cielos. La Sagrada Escritura incluye, dentro del Nuevo Testamento y de las cartas paulinas, dos escritas a Timoteo y una a Tito. En ellas, les invita a ser unos verdaderos maestros que formen más pastores y nuevos fieles. Precisamente en la Primera Carta a Timoteo, Saulo le exhortará con estas palabras: "Que esa Fe se conserve en ti, ya que desde tu más tierna edad te hicieron leer y meditar las Sagradas Escrituras".

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