Santa Joaquina de Vedruna, al servicio de la Santísima Trinidad

Redacción Religión

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Estos días a caballo entre Pentecostés y La Santísima Trinidad, afloran también los Santos que vivieron su vida como prolongación del Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hoy celebramos a Santa Joaquina de Vedruna, que profundizó en este Amor Trinitario. Nacida en Barcelona en el año 1783, forma parte de un hogar donde sus padres, Lorenzo y Teresa, eran profundamente cristianos. Este sentimiento lo transmitieron a sus hijos.

Joaquina, por su parte, siente la presencia de Dios en cada momento de su vida. En esa contemplación, creyó que su camino iba a ser la vida consagrada, pero los planes de la Providencia fueron otros distintos, que le encaminaron al matrimonio, casándose con Teodoro de Más en 1799, con el que tiene nueve hijos. En 1812, muere su esposo y, en los diez años siguientes, guiada por el capuchino Esteban de Olot, inicia un proceso de fundación.

Éste cristalizará en las Carmelitas de la Caridad. También se las conoce como las “Hermanas vedrunas” por el apellido de la fundadora. El nuevo carisma contó con el mecenazgo de Monseñor Jesús Corcuera y Corcuera, Obispo de Vic, quien las dio este nombre por su gran devoción a la Virgen del Carmen. Todos los contemporáneos de la Santa la conocieron con su sencillez y sin visos de orgullo, tanto en su vida de esposa y madre, como en su etapa de consagrada.

Entre sus religiosas siempre fue muy humilde, siendo un ejemplo de Fe para todos los que le conocieron. Su gran Amor a la Santísima Trinidad y a la Virgen le hizo siempre eficaz en su apostolado. Su propia ciudad natal, Barcelona, fue la que también vio morir a Santa Joaquina de Vedruna en el año 1854. Su carisma se convirtió en una obra de Derecho Pontificio. El Papa Pío XI les dió la licencia debida y en el año 1880 se aprobaron también sus Constituciones.

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