San Alejandro

Los primitivos tiempos dieron grandes Padres de la Iglesia que dieron su vida si era necesario para apoyar la Iglesia en la defensa de la fe frente a cualquier intento de desvirtuarla. En este sábado recordamos a San Alejandro, imbuido de la fidelidad la Magisterio Eclesiástico. Nacido en torno al año 250, es de carácter apacible y bondadoso, lo que traduce en una cercanía total a los que lo pasan mal.

Siempre se entera de las personas que lo pasan mal para asumir lo que dice el Evangelio: “Quien os dé siquiera un vaso de agua a cualquiera de vosotros porque seguís al Mesías, no se quedará sin su recompensa”. Surge el designio de la Providencia en ese momento. A la muerte del Obispo de Alejandría, es designado Patriarca de aquella Sede. Por entonces debe confirmar en la Fe ante los errores que se producen.

Es el caso del arrianismo, promovido por Arrio, quien defendía que Jesucristo no era hijo natural de Dios, sino adoptivo. Ello motiva que tenga que condenar tal desviación, definiendo que Cristo es Hijo Natural de Dios, engendrado por el Padre antes de todos los siglos. Pero en contraposición a esto surge las desviación de Nestorio, a la que también deberá rebatir. En este caso, los nestorianos promueven una única Naturaleza en Cristo diciendo que la Naturaleza Divina había absorbido la Humana.

Para llevar a cabo todo esto cuenta con el apoyo de un gran Padre de la Iglesia: San Atanasio. Él se encargó de escribir rebatiendo esas desviaciones doctrinales al tiempo que insistió a los Pontífices para convocar los Concilios que reafirmasen la Fe en el Señor Jesús Dios Verdadero de Dios Verdadero. Promotor de la vida monástica, San Alejandro manda construir el Monasterio de San Teonás. Muere en el año 326.