SANTORAL 14 MARZO

La reina que renunció dos veces a todas sus riquezas por el tesoro del Cielo

Matilde es conocida por su carácter desprendido y cercanía a la oración, A pesar de su nobleza, siempre tuvo presente Quién era el Rey

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Uno de los peligros que más advierte Dios y puede tener un gran eco en este tiempo de Cuaresma, período de conversión, es el apego a las riquezas. Y a la gente de la aristocracia les resulta difícil aunque también hay casos de monarcas y príncipes que han puesto a Dios como al Única Riqueza de sus vidas. Hoy celebramos a Santa Matilde, a la que pasó algo así, porque fue muy desprendida. 

Hija de Teodorico, conde de sajón, nace en Westfalia en torno al año 890. Educada en Herford, sus padres la casan con el conde de Sajonia, llamado Enrique el Pajarero. Cuando muere el rey Conrado, Enrique le sucede como monarca regente de aquellas tierras. Matilde, entonces, deja la impronta de una reina que se mortifica y profundiza en la oración. Todos ven cómo la vida palaciega no le aparta de la Fe en Cristo, algo que cuenta con el apoyo total de su marido.

Cuando enviuda, reparte todas sus joyas entre los pobres, y asiste con tristeza a la lucha que mantienen por el poder sus hijos Otón y Enrique. Pero la Cruz no terminó ahí, porque ellos mismos no entendieron la aptitud de la madre, acusándole de dilapidar los bienes del estado. Con el tiempo será restablecida su honestidad ante los cortesanos, ocasión en la que vuelve a despojarse de toda la herencia que le había correspondido. Es también su época de fundar monasterios como es el caso de Polden, en Brunswhich, donde albergará trescientos monjes. 

Otro convento que, también fundó fue el de Quedlimburgo, en Sajonia. Allí muere, trasladando también los restos de su querido esposo a ese lugar. Siempre estuvo caracterizada por la humildad que tuvo, y prueba de ello es el reconocimiento público de todos sus fallos y defectos.

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