SANTORAL 11 MARZO

La mujer que es ejemplo de penitencia y oración en Cuaresma

Áurea ingresó en el monasterio de San Millán de la Cogolla, donde fue referente y guía espiritual para muchos

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La penitencia es el plato fuerte de este tiempo de Cuaresma. Es ese entrenamiento para el momento de la Pascua. Sin esa preparación física y espiritual no vendrá debidamente el gozo por la Resurrección del Señor. Y la vida de cada Santo ha tenido que pasar por esa privación que fortalece el espíritu y todo el ser humano.

Hoy la Iglesia nos presenta a Santa Áurea, una mujer penitente como pocas. Nacida cerca de San Millán de la Cogolla (Logroño) en 1043 su vida estuvo llena de grandes vivencias místicas. Precisamente le pusieron este nombre que significa oro. Ingresó en otro Convento que había cerca de San Millán de rama femenina para profundizar en la contemplación siendo ejemplo para el resto de la comunidad.

Eran momentos en los que el Convento de San Millán estaba floreciente y tenía su renombre. Ahí se conservaban las Glosas Emilianenses, germen de la lengua castellana y estaba muy cerca de Santo Domingo de Silos, en Burgos, convento con el que le unía no sólo cercanía sino también conexión espiritual y cultural.

Áurea tuvo tal espíritu de penitencia que su fama corrió fuera de los muros del Monasterio y fue mucha la gente que se acercó a conocerla y muchos también le empezaron a pedir consejo y notaron que tenía el don de oración y de orientar a las almas. En vísperas de Navidad recibió al visita de Santa Eulalia y Santa Águeda, que le estimularon en la meditación cotemplativa de los misterios de la Redención. Ante la dura enfermedad, fue consolada por la Virgen de forma muy especial. Santa Áurea muere el año 1070. En su momento de partir hacia la Casa de Dios se encontraban su madre y el abad del Monasterio que le enterraron en lo que es la Capilla en su honor donde se le tributa culto.

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