SANTO 1 DICIEMBRE

Adviento: la esperanza en el Mesías que vendrá

Hoy comenzamos el Adviento. Aquí te contamos su sentido, origen e historia.

Jesús Luis Sacristán García

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Cada cambio de mes trae una novedad. Una estación, una celebración, una festividad. Y en el plano espiritual cada época trae sus fiestas y conmemoraciones. Hoy empezamos el mes de diciembre y lo hacemos de forma especial porque damos por inaugurado el Tiempo Litúrgico del Adviento. Del latín adventus significa “espera” y se aplica a estas cuatro semanas que preceden y preparan a la Venida del Salvador en clave de esperanza. La historia del origen de este Tiempo nos lleva al siglo IV entre Hispania y Las Galias. 

El Concilio de Zaragoza el año 380. En él se marca la importancia de guardar de forma especial los días anteriores al 24 de diciembre para prepararse a la Navidad. San Ambrosio de Milán invita a una preparación de más semanas dado que el acontecimiento que se espera es de gran envergadura como Buena Noticia que lo será para todo el pueblo. San Gregorio de Tours y San Hilario de Poitiers invitarán a una esperanza que ayude a preparar con la sobriedad el advenimiento del Salvador.

Para ello será necesaria una penitencia estricta para celebrar con alegría el que plante su tienda entre nosotros. El Concilio de Macón también en el siglo IV pide que los monjes de los Monasterios guarden más rigor en sus observancias y privaciones durante los días anteriores al 24-25 de diciembre. Y será el Papa Siricio que rigió la Iglesia entre los años 384-399 quien con toda seguridad introdujo en toda la Iglesia la celebración del Adviento. 

Como referentes durante este Tiempo se encuentran la Virgen María, a quien se venera como Inmaculada Concepción, en la espera del Mesías; San José, Esposo de María y padre adoptivo de Jesús; San Juan Bautista, Precursor del Salvador y el Profeta Isaías que invita a preparar los caminos del Señor. Entre los elementos adventuales destacan la Corona de Adviento, que es un signo de la fe luterana adoptado por la Iglesia Católica. Durante este periodo el color litúrgico es el morado y salvo el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, se suprime el Gloria para dar mayor énfasis a este cántico en la Misa del Gallo.

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