La oración del día: Santa Úrsula y compañeras mártires

Úrsula rechazó la propuesta de matrimonio del cabecilla de los bárbaros y todas fueron asesinadas. Es patrona de las jóvenes y colegialas.

Tiempo de lectura: 2’

Hoy nos acercamos hasta la figura de Santa Úrsula y sus compañeras mártires que soportaron el menosprecio hasta llegar a la muerte por ser cristianas. Su vida discurre en torno al siglo IV, cuando su padre, el rey de Bretaña, promete a su hija en matrimonio a un alto noble del país.

Al ver que su prometido era pagano y ella cristiana, solicitó a su padre permiso para peregrinar a Roma antes de los desposorios, en un espacio de tres años. Con ella fueron otras diez compañeras más quienes, al regresar de la Ciudad Eterna, entraron en Colonia, donde cayeron en poder de los bárbaros. La idea era que Úrsula fuese desposada con el jefe de los hunos, Atila, y las demás acompañantes también consagradas fuesen las esposas de los soldados.

Cuando ellas alegan su condición de cristianas y consagradas a Dios, son condenadas a morir, sufriendo multitud de suplicios a causa de su Fe en Cristo Jesús. Así pueden decir junto con San Pablo: “Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro. Nos derriban por todos los lados, pero no nos aplastan, nos agobian, pero no nos rematan porque en todo hemos vencido fácilmente por aquel que nos ha amado”.

El culto a estas mártires fue proliferando, sobre todo, en aquellos tiempos, extendiéndose en los siglos venideros. De esta forma, sus reliquias se dispersaron por los Países Bajos. Dado que el protestantismo, había prendido en aquellas zonas, y rechazaba el culto a los Santos, algunas de estas reliquias fueron destruidas. Al ser pertenencia de la Corona Española, Felipe II, hizo que fuesen traídas al monasterio de El Escorial, para que se les diese el culto debido

Oración

Señor mío Jesucristo, que con tu dolorosa pasión y muerte redimiste al género humano

y con tu ejemplo iluminaste al mundo, dignaos, te pedimos, nos deis la gracia necesaria

para hacer con fruto la novena en honor de tu sierva Santa Úrsula.

Y vos, oh! Bienaventurada doncella! Alcánzanos del Señor la gracia que te pedimos

y dignáos acoger nuestras súplicas.

Por Jesucristo, Señor nuestro,

Amen.


Religión