Evangelio

"Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres"

san Mateo (4, 18-22)

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, paseando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.


Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 9-18

Hermanos: Si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación.

Pues dice la Escritura: «Nadie que crea en él quedará confundido». En efecto, no hay distinción entre judío y griego, porque uno mis m es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan, pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».

Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído?; ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar? ¿cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie? y ¿cómo anunciarán si no los envían? Según está escrito: «¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!».

Pero no todos han prestado oídos al Evangelio. Pues Isaías afirma: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?». Así, pues, la fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo. Pero digo yo: ¿Es que no lo han oído? Todo lo contrario: «A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los confines del orbe sus palabras».


Salmo

Sal 18, 2-3. 4-5

R/. A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,

el firmamento pregona la obra de sus manos:

el día al día le pasa el mensaje,

la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien,

sin que resuene su voz,

a toda la tierra alcanza su pregón

y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.

dd/mm/aa