Domingo de la Palabra de Dios

Revista EcclesiaJosé Román Flecha Andrés

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"Les abrió el conocimiento para comprender las escrituras". Pero ¿quién tiene poder para abrir el entendimiento de otros? ¿Y quiénes son esos otros que lo tienen tan cerrado que necesitan una ayuda? Seguramente, en nuestra cultura todavía es posible encontrar personas que puedan dar respuesta a esas preguntas.

Pues bien, el sujeto que realiza esa apertura es Jesús resucitado que goza del poder y la delicadeza para llevarla a cabo. Y los que necesitan esa apertura son sus discípulos, que todavía viven confinados y amedrentados por la suerte y la muerte de su Maestro.

Pero esa frase ha adquirido actualidad por encabezar una carta del papa Francisco, con la que instituía el "Domingo de la Palabra de Dios". La carta está firmada el día 30 de septiembre del año 2019, en que se celebraba la memoria de San Jerónimo.

Las personas que han viajado a Tierra Santa, tal vez han bajado a las cuevas que en Belén recuerdan la presencia de ese eremita y doctor de la Iglesia que por allí tradujo la Biblia al latín. Como esa era la lengua del pueblo, aquella traducción fue denominada como la "Vulgata".

En el prólogo a su comentario al libro del profeta Isaías, aquel eminente lingüista y biblista nos dejó un pensamiento mil veces citado. Una frase que es una declaración de principios y, sobre todo, una manifestación de lo más nuclear de la fe: "La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo".

Con su carta, el Papa nos exhorta a conocer mejor la Palabra de Dios. Muchos tenemos ya la Biblia. Pero no podemos tenerla de adorno. Ella nos ayudará a orar con fe, a celebrar mejor los sacramentos y a vivir nuestras relaciones humanas con más sentido de respeto y de fraternidad con los demás.

Aún no había llegado hasta nosotros la oleada mortal del coronavirus. Pero el Papa ya escribía que "la dulzura de la Palabra de Dios nos impulsa a compartirla con quienes encontramos en nuestra vida para manifestar la certeza de nuestra esperanza".

Y añadía que nos asalta una cierta amargura cuando percibimos qué difícil es vivir la esperanza de manera coherente. O al sentir que se rechaza, porque no se considera válida para dar sentido a la vida. La pandemia nos ha hecho vivir en varias ocasiones esa experiencia dolorosa.

Precisamente ahora, el papa Francisco nos dice que "es necesario no acostumbrarse nunca a la Palabra de Dios, sino nutrirse de ella para descubrir y vivir en profundidad nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos".

Pues bien, el "Domingo de la Palabra de Dios" se celebra este año el día 23 de enero. Que la lectura de la Palabra de Dios nos lleve a vivirla de corazón y a difundirla con valor, convicción y alegría.

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