Amor de Dios

Un nuevo examen de conciencia que nos pone delante y nos hace reflexionar sobre nuestras propias debilidades

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Religión

“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él,

sino que tengan vida eterna” (Jn 3,16)

  1. Tanto algunas tradiciones antiguas como una presentación moderna de la fe hacen difícil reconocer que Dios ama a este mundo. ¿Qué consecuencias puede comportar esa desconfianza?
  2. ¿En el ambiente en el que nos movemos es aceptada esa afirmación de que Dios entregó a su Hijo por amor?
  3. ¿Es admitida en nuestra sociedad la idea de que el ser humano puede perderse si no cree en el Hijo de Dios o se aceptan con tranquilidad otras imágenes y medios de salvación?
  4. La sociedad moderna pregona constantemente el valor de la vida terrena, pero ¿no se contradice al despreciarla y suprimirla con tanta frivolidad?
  5. Frente a las afirmaciones actuales del valor de la vida temporal, ¿se admite la idea y al valor de la vida eterna?
  6. En mi vida personal, que atención presto yo a esta frase que el evangelio de Juan incluye en el dialogo de Jesús con Nicodemo?
  7. ¿Qué desafíos plantea a la pastoral y a la catequesis de la Iglesia esta solemne afirmación evangélica?


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