Fernando Valls Taberner

Tiempo de lectura: 4’

Fernando Valls Taberner(Barcelona, 1888-1942) , jurista e historiador, fue otro grandísimo intelectual católico de la Edad de Plata. Por su biografía sabemos que estudió en el Colegio de los Jesuitas de Barcelona. Obtuvo dos licenciaturas en la Universidad de Barcelona (1910) y dos doctorados en Derecho (1912) y en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid en 1915, año en el que fue pensionado por la Junta para Ampliación para estudiar en L’Ecole de Chartes, en la Facultad de Derecho de París, e investigar en la Biblioteca Nacional.

Formó parte por oposición del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, con destino en el Archivo de Hacienda de Tarragona (1913) y el Archivo de la Corona de Aragón (1914).

En 1922 obtuvo la Cátedra de Historia de España en la Universidad de Murcia regresando a Barcelona como profesor de Historia de Cataluña en los Estudios Universitarios Catalanes. Volvió a ejercer en 1925 en la Biblioteca y Museo de Tarragona, y después en 1929 en el Archivo de la Corona de Aragón, del que fue director y donde contributó a su modernización creando el taller de restauración y de fotocopias y el laboratorio fotográfico, así como eformando la sala de investigadores y creando la biblioteca auxiliar.

Crítico con el nacionalismo

En la Guerra Civil se fue a Roma, donde compaginó la investigación con la enseñanza de la Historia de Cataluña al conde de Barcelona. Volvió a España en el 37 con destino en el Museo Arqueológico y en la Biblioteca Provincial de Córdoba después.

En 1939 recuperó la dirección del Archivo de la Corona de Aragón. No militó políticamente durante el franquismo. El 15 de febrero de ese año escribió un interesante artículo en La Vanguardia a los pocos días de la toma de Barcelona por el bando rebelde, La falsa ruta, recogido junto con otros en el libro Reafirmación espiritual de España. En este artículo criticó al nacionalismo catalanista diciendo: «Estas conclusiones por lo que se refiere específicamente a la trayectoria política de Cataluña en los últimos decenios del siglo XIX y en lo que llevamos del siglo presente, pueden resumirse en esta opinión: Cataluña ha seguido una falsa ruta y ha llegado en gran parte a ser víctima de su propio extravío. Esta falsa ruta ha sido el nacionalismo catalanista…Nadie puede hoy honradamente dejar de confesar que el catalanismo, al término de su trayectoria, se ha vuelto contra Cataluña». Su actitud antiseparatista catalana dicen que se fraguó desde la proclamación de la República (1931), cuando adoptó una actitud cada vez más recelosa hacia el movimiento catalanista; fue diputado por la Liga en el Parlamento de Cataluña (1932) y en las Cortes Españolas (1935).

Por otro lado, en 1939 ganó la Cátedra de Historia Universal de la Universidad de Barcelona y a finales de 1940 fue nombrado vocal de la Comisión Ejecutiva del Patronato Menéndez Pelayo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) como representante de Barcelona. En 1942 logró la creación en Barcelona de la Sección de Estudios Medievales del Instituto Jerónimo Zurita del CSIC, y de la Delegación Catalana del CSIC, de cuya fundación se cumplen ahora los ochenta años, donde se han formado buena parte de los científicos catalanes más importantes del siglo XX. Toda su obra histórica está dedicada al estudio de la historia jurídica de Cataluña, sus fuentes e instituciones, las dinastías condales catalanas y la edición de textos emblemáticos como los Usatges y el Consolat del Mar. Practicó un catalanismo liberal, siendo católico sin ambages. No militó en el nacional sindicalismo, ni en el nacionalcatolicismo, manifestando su apoyo a don Juan de Borbón. Fue un gran defensor y propulsor de la cultura catalana en toda su obra y en la prensa española e hispanoamericana.

Divulgación cultural y política

Entre los cargos que ostentaría se encuentran el de académico de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona (1918), correspondiente de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras (1924), de la Real Academia de la Historia (1932), de la Real Academia de Ciencias, Nobles Artes y Bellas Artes de Córdoba, presidente de la Sociedad Económica Barcelonesa y de Amigos del País, presidente del Ateneo de Barcelona, miembro del Instituto de Estudio Catalanes, vicepresidente de la Comisión Hispanoamericana del CSIC, doctor honoris causa en Derecho Civil por la Universidad Católica de Santiago de Chile (1938), juez de Apelaciones del Principado de Andorra (1916), presidente de Casa Provincial de la Caridad (1935), Ufficale dell’Ordine della Corona d’Italia (1941), vocal del Comité Consultivo del Consejo Internacional de Cooperación Intelectual, miembro de la Académie Diplomatique Internationale y de la Société d’Histoire du Droit.

Además, compaginó la vocación de investigador y erudito con la divulgación cultural y política, ampliamente testimoniada en su abundante bibliografía, muestra de su catalanismo conservador: Palabras del moment (1930 ), Por nuestra cultura (1930), El problema comarcal y la estructuración política de Cataluña (1931), Precedentes y fuentes del Estatuto de Cataluña (1932), En las horas confusas (1934) y Balmes ante el problema constitucional de España (1939). También desarrolló el estudio de las leyendas: Matisos de legenda, La leyenda de Guifré el Pilós. La leyenda de Otger Cataló. Quintiliano, señor fabuloso de Montgrony (1932). Otras obras de historia contemporánea: Los estudios históricos y arqueológicos en Cataluña durante el primer cuarto del siglo XX (1928), Los orígenes de los condados de Pallars y Ribagorça (1918), Notas para la historia de la familia condal de Barcelona (1923). Unos años después publicó La primera dinastía vizcondal de Cardona (1931), Las diversas redacciones de la crónica de los condes de Barcelona (1932) –un intento de ligar la época condal primitiva con la época feudal–, y el Estudio sobre documentos del conde Guifré I de Barcelona (1936).

Taberner fue un científico católico español contemporáneo: hecho concreto de la compatibilidad ciencia-fe católica. Su perfil desmiente el mantra separatista de que no se puede ser persona intelectualmente relevante y no ser independentista.

CONTRA FACTUM NON VALET ARGUMENTUM


Religión