El importante papel de la Iglesia en la Transición hacia la democracia

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El papel importante papel de la Iglesia en la Transición hacia la democracia, su contribución a la reconciliación y la reinstauración de derechos y libertades, ha quedado patente este jueves en el Congreso “La Iglesia en la Sociedad Democrática” que organiza la Fundación Pablo VI con motivo de los 40 años de la Constitución Española.

En una mesa redonda con Rodolfo Martín Villa, ministro de la Gobernación con Adolfo Suárez; el historiador Juan María Laboa y el sociólogo Rafael Díaz Salazar moderado por la periodista Victoria Prego, los ponentes expusieron los cambios operados en la sociedad española y también en la Iglesia que posibilitaron la democracia tras la muerte de Franco en el 75.

Décadas antes de la Transición política y “siendo un país en el que los ciudadanos no tenían libertades, la Iglesia tenía unas posibilidades de reunión, de hablar, de acompañar que no tenía en el régimen ninguna otra institución, la Iglesia había optado en gran parte, no en toda, por facilitar esas funciones que en las democracias tienen los partidos políticos, la organziaciones de obreros, por ayudar” subrayaba Laboa.

A juicio de Rodolfo Martín Villa, el cambio se produjo en toda la sociedad 15 años antes del final del régimen de forma que “en 1975 España ya era una sociedad nueva, moderna, abierta y democrática”. Y es que a su juicio“no hubo tanto milagro” pero “Dios sí nos tuvo de la mano porque ese cambio general también se produce en la Iglesia”.

Donde sí estuvo un poco el milagro es según recordaba Martín Villa que hubiera “personas excepcionales en un momento excepcional” y que coincidieran el Rey Juan Carlos I, el Cardenal Tarancón, Torcuato Fernández- Miranda, Adolfo Suárez, Santiago Carrillo y Manuel Fraga, además de un Gobierno del que “formaba parte” y que tenía “claro el diagnóstico”.

Para Martín Villa el papel indiscutible de la Iglesia en la Transición se produjo por el Concilio Vaticano II y por figuras como las del Cardenal Tarancón que “no se preocupó por la aconfesionalidad del Estado sino de que la libertad religiosa formase parte de las libertades públicas y que por lo tanto fuera un acicate”.

Para Laboa otra figura fundamental sin la que es imposible entender la Transición en España es la de Pablo VI quien promovió cambios en la Iglesia española que favorecieron la democracia.

Y en opinión de Díaz Salazar además del importante papel del clero influyeron los movimientos obreros católicos y los cambios se operaron en el “conjunto de la sociedad española” y "no tanto las élites”.

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