El Papa Francisco subraya que la "reconciliación entre cristianos" puede ayudar a conseguir la paz

El Santo Padre ha recibido este jueves a una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, que llegó a Roma para la celebración de los santos Pedro y Pablo

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El Papa Francisco se ha reunido este jueves en la Casa Santa Marta con una delegación del Patriarcado Ecuménico que llegó a Roma para la celebración de la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, patronos de Roma.

Su presencia, según el Papa Francisco, es “un signo tangible de que se ha superado el tiempo de la distancia y de la indiferencia, en el que se pensaba que las divisiones eran un hecho irremediable”. “La reconciliación entre los cristianos, como contribución a la paz entre los pueblos en conflicto, es hoy más actual que nunca, mientras el mundo está consternado por una insensata agresión bélica, en la que muchos cristianos luchan entre sí”, ha subrayado el Papa.

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Ante el drama de la guerra, "llorar, ayudar y convertir"

Francisco ha agradecido al “querido hermano Bartolomé” por haber enviado la delegación: “Nuestras Iglesias mantienen un diálogo fraterno y se comprometen de manera convencida e irreversible en el camino hacia el restablecimiento de la plena comunión”.

Ante el drama de la guerra, Francisco añade que “no hay que pensar”, pero si “llorar, ayudar y convertir”. “Hay que llorar las víctimas y tanta sangre derramada, la muerte de tantas personas inocentes, los traumas de familias, de ciudades, de todo un pueblo: cuánto sufrimiento en quienes han perdido a sus seres más queridos y se ven obligados a abandonar sus hogares y su patria”, ha subrayado el Papa.

"La búsqueda de la unidad de los cristianos es una condición esencial para una auténtica fraternidad universal"

Ayudar a estos hermanos y hermanas "es un llamado a la caridad que, como cristianos, estamos obligados a ejercer hacia Jesús migrante, pobre y herido", al mismo tiempo que existe la necesidad de convertirse, "para comprender que las conquistas armadas, las expansiones y los imperialismos no tienen nada que ver con el Reino que Jesús anunció”.

“Iglesias hermanas, pueblos hermanos”, decía en efecto “el inolvidable patriarca ecuménico Atenágoras, pastor sabio y valiente”, fallecido hace cincuenta años y que sigue siendo, para el Papa y para muchos, “una fuente de inspiración”:

“La búsqueda de la unidad de los cristianos, por tanto, no es sólo una cuestión dentro de las Iglesias. Es una condición esencial para la realización de una auténtica fraternidad universal, que se manifiesta en la justicia y la solidaridad hacia todos”, ha subrayado el Papa.

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Caminar juntos como hermanos

En este sentido, ha concluido el Pontífice, “un signo de esperanza, en el camino hacia el restablecimiento de la plena comunión, proviene de la reunión del Comité de Coordinación de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa", suspendido durante dos años debido a la pandemia.

La esperanza es "que el diálogo teológico progrese promoviendo una nueva mentalidad que, conscientes de los errores del pasado, nos lleve a mirar cada vez más juntos el presente y el futuro, sin dejarnos atrapar por los prejuicios de otros eras":

"No nos conformemos con una "diplomacia eclesiástica" para quedarnos amablemente en nuestras propias ideas, sino caminemos juntos como hermanos: oremos unos por otros, trabajemos unos con otros, apoyémonos unos a otros mirando a Jesús y su Evangelio", dijo el Papa a la delegación del Patriarcado Ecuménico.


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