San Charbel, el ermitaño libanés cuya tumba recibe cuatro millones de visitantes al año, entre ellos el de León XIV
Además de ser el primer santo del Líbano, su fama de santidad ha traspasado fronteras, tiene devotos por todas partes del mundo, y se le siguen atribuyendo decenas de miles de milagros cada año
Roma - Publicado el - Actualizado
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En las montañas del Líbano un monje llamado Charbel Makhouf decidió apartarse del mundo, viviendo como ermitaño, dedicándose a la oración, ayuno y el silencio. Murió en 1898, en una celda de piedra del monasterio de Annaya, que el Papa León XIV visitará en su primer viaje al Líbano. Hoy, 127 años después, además de ser el primer santo del Líbano, su fama de santidad ha traspasado fronteras, tiene devotos por todas partes del mundo, y se le siguen atribuyendo decenas de miles de milagros cada año.
Su vida de radical recogimiento y humildad continúa suscitando admiración, y de hecho su tumba es visitada por cerca de 4 millones de peregrinos cada año, no sólo cristianos, también musulmanes, porque poco después de su muerte comenzaron a atribuirle curaciones por su intercesión, y en el Líbano, país donde conviven maronitas con drusos, sunies y chiies, su devoción se extendió entre creyentes musulmanes, atraídos también por su ideal de ascetismo, con resonancia en el sufismo islámico. Además en la cultura libanesa, el respeto hacia los hombres santos trasciende las diferencias religiosas. Se puede decir que San Charbel se ha convertido en una figura de unión en un país marcado por la división religiosa.
A continuación, te damos algunos datos interesantes sobre San Charbel que te interesa conocer.
Además de ser el primer santo del Líbano, es el primer santo oriental canonizado desde el siglo XIII
En 1925, la fama de santidad se había extendido tanto que se inició el proceso de beatificación. Fue beatificado el 5 de diciembre de 1965 por el papa Pablo VI y el 9 de octubre de 1977 fue canonizado, convirtiéndose en el primer santo oriental desde el siglo XIII. El último había sido San Juan Damasceno, monje sirio nacido en Damasco hacia el año 675 y fallecido hacia 749 en el monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén.
A pesar de la vida ermitaña que había elegido, se hizo muy popular tras su muerte. En el archivo del Monasterio de San Marón existen alrededor de 29.000 milagros documentados. Cada año ocurren por su intercesión alrededor de 100 milagros, de los cuales al menos el 10% de los destinatarios son personas no bautizadas, incluidos musulmanes, drusos, judíos y ateos. La curación milagrosa de Miriam Awad de un cáncer de garganta en 1967 fue el milagro oficial para la canonización.
El inexplicable estado del cuerpo incorrupto de San Charbel
Cuando Charbel falleció en 1898, su cuerpo fue enterrado sobre tierra húmeda en una tumba comunitaria sin ataúd. Durante los meses siguientes a su entierro varios monjes constataron que una luz brillante parecía emanar del lugar donde se le había enterrado. En el año 1989 se abrió la tumba, y su cuerpo se encontró intacto. Según dejaron escrito los cronistas de la época, “el cuerpo exudaba un liquido aceitoso que había empapado el hábito desprendiendo un olor dulce”. Se decidió lavar el cuerpo, revestirlo de un nuevo hábito y se le colocó sobre un ataúd en la capilla del monasterio.
Durante más de 65 años el cuerpo siguió exudando ese líquido aceitoso, que los fieles guardaban como reliquia.
Médicos libaneses examinaron el fenómeno en 1927, 1950 y 1952 sin encontrar explicación. En los exámenes se constataba que no había signos de descomposición, y que ese liquido aceitoso seguía filtrándose por los poros. En 1950 los monjes colocaron un lienzo de lino sobre su rostro para protegerlo del contacto directo con el aire y la humedad. Al retirar el lienzo, el rostro del santo quedó impreso en la tela con gran nitidez. Se conserva en el monasterio como reliquia.
En 1955 cuando el cuerpo fue colocado en un ataúd de cristal hermético comenzó a desecarse, aunque se mantuvo sin señales de putrefacción.
Hijo de una familia campesina
San Charbel nació en una familia campesina el 8 de mayo de 1828 en el pueblo de Beqakafra, a 140ñ km. del Líbano. Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac, y fue bautizado con el nombre de Yusef (José). Su padre falleció muy pronto y su madre los sacó adelante. Posteriormente se volvió a casar y el padrastro de San Charbel decidió ordenarse sacerdote, permitido en el rito maronita.
Mientras Yusef estudiaba en la escuela parroquial del pueblo, ayudaba a su padrastro en el ministerio sacerdotal. Comenzó a interesarse por la vida de oración. De él y de dos tíos ermitaños aprendió a llevar una intensa vida espiritual. Yusef los visitaba con frecuencia para aprender sobre la vida de los monjes. A los 23 años ingresó en el convento de Nuestra Señora de Mayfouq, donde adoptó el nombre de Charbel. Dos años después profesó los votos perpetuos como monje en el Convento de Annaya, y posteriormente realizó sus estudios de filosofía y teología en el Monasterio de San Cypriano de Kfifen.
Tras ser ordenado sacerdote regresó al Monasterio de Annaya donde pasó muchos años de vida al cuidado de los enfermos y el trabajo manual A los 47 años solicitó permiso para vivir como ermitaño, en soledad y oración en la ermita de San Pedro y San Pablo.
¿Qué significado tienen las cintas de colores que la devoción popular coloca sobre imágenes de San Charbel?
Según la tradición, se le deja una cinta a San Charbel para que no se olvide de interceder ante Dios por las necesidades de los devotos. Esta tradición surgió en México y posteriormente se extendió a otros países.
La costumbre es escribir la petición que se desea realizar en una cinta de distintos colores, según la necesidad, y se coloca coloca sobre la figura del santo. Los devotos escogen los siguientes colores, según las peticiones: