El Papa revela cuál es la única "borrachera" que puede permitirse un cristiano

En su catequesis, Francisco ha explicado que el Espíritu Santo es el único que puede embriagar a los cristianos y recordado su importancia para la Iglesia

Renato Martínez | Vatican News

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La palabra de Dios y el anuncio de la Salvación son universales y comprensibles por todos, "incluso los analfabetos" y que la única borrachera que puede permitirse un cristiano es la de la sobriedad del Espíritu Santo. Ese ha sido el mensaje del Papa Francisco en la audiencia general que ha presidido desde la Plaza de San Pedro en El Vaticano. El pontífice ha dedicado una nueva catequesis a los Hechos de los Apóstoles y a Pentecostés. Ha reivindicado el protagonismo del Espíritu Santo en la actualidad como ese "viento" y "fuego" que irrumpen en los apóstoles y que han llevado a la Iglesia "más allá de los límites humanos".

La única borrachera que puede permitirse un cristiano

La maravilla es tan grande, y algunas personas se preguntan si esos hombres están borrachos, pero los seguidores de Jesús no están borrachos - ha afirmado el Santo Padre - sino que viven lo que San Ambrosio llama "la sobria embriaguez del Espíritu", que enciende la profecía entre el pueblo de Dios a través de sueños y visiones.

“A partir de ahora, el Espíritu de Dios mueve los corazones a acoger la salvación que pasa por una Persona, Jesucristo, a quien los hombres han clavado en el madero de la cruz y a quien Dios resucitó de entre los muertos ‘librándolo de los dolores de la muerte’. Es Él quien derramó ese Espíritu que orquesta la polifonía de la alabanza que todos pueden escuchar”.

Por esa razón, ha pedido que recemos para que Dios "nos haga experimentar un nuevo Pentecostés, que dilate nuestros corazones y sintonice nuestros sentimientos con los de Cristo, para que podamos anunciar sin vergüenza su palabra transformadora y testimoniar la fuerza del amor que llama a la vida todo lo que encuentra”. 

El viento impetuoso, irrupción de Dios

El Santo Padre ha recordado en su catequesis cómo el Cenáculo se convirtió en el hogar de los apóstoles tras la Pascua y la presencia de la Virgen fue el elemento cohesionador de ese tiempo previo a Pentecostés. También, ha destacado la oración como "pulmón" del cristiano sin la que no se puede ser discípulos de Jesús

“Reunidos en oración  son sorprendidos por la irrupción de Dios. Se trata de una irrupción que no tolera lo cerrado: abre las puertas con la fuerza de un viento que nos recuerda la ruah, el soplo primordial, y cumple la promesa de la ‘fuerza’ hecha por el Resucitado antes de su partida. De repente, llega desde arriba, un rugido, casi un viento que cae impetuoso y llena toda la casa donde estaban”.

Junto al viento de Pentecostés, el Papa ha destacado otro elemento clave de esta fiesta: el fuego, símbolo de unión con el Antiguo Testamento. “Al viento del Espíritu se une el fuego que recuerda la zarza ardiente en el Sinaí, donde Dios habló y dio los diez mandamientos. En el fuego, Dios da su palabra viva y eficaz, que anima, ilumina y prueba los corazones

El fuego, fuerza da la palabra del Resucitado

El pontífice ha añadido que es en ese fuego donde "Dios entrega su palabra viva y enérgica que se abre al futuro". "El fuego expresa simbólicamente su obra de calentar, iluminar y probar los corazones, su cuidado en probar la resistencia de las obras humanas, en purificarlas y revitalizarlas", ha explicado.

"Dios escoge lo que es débil en el mundo para confundir a los fuertes"

Además, ha detallado la sorprendente decisión de hablarle a Pedro, roca sobre la que Cristo edificó Su Iglesia. "Su palabra - la de Pedro -, débil y hasta capaz de negar al Señor, atravesada por el fuego del Espíritu, adquiere fuerza, se hace capaz de traspasar los corazones y mover a la conversión. De hecho, Dios escoge lo que es débil en el mundo para confundir a los fuertes”.

Así, ha continuado, “la Iglesia nace del fuego del amor, de un ‘incendio’ que arde en Pentecostés y que manifiesta la fuerza de la Palabra del Resucitado, llena de Espíritu Santo”

La Iglesia nace del fuego del amor

La labor de la Iglesia en la difusión del mensaje de Jesús recibe ese impulso del Espíritu Santo, que la hace universal y comprensible por todos. Ese es el vínculo que el Papa propone con la lectura de los Hechos de los Apóstoles.

“La palabra de los Apóstoles se impregnada del Espíritu del Resucitado y se convierte en una palabra nueva, diferente, que se puede entender, como si se tradujera simultáneamente a todas las lenguas: de hecho, ‘cada uno los oía hablar en su propia lengua’. Se trata del lenguaje de la verdad y del amor, que es el lenguaje universal: incluso los analfabetos pueden entenderlo”.

El Espíritu Santo, creador de comunión y reconciliación

Asimismo, el Papa Francisco ha precisado que el Espíritu Santo no sólo se manifiesta a través de una sinfonía de sonidos que une y compone armoniosamente la diversidad, sino que también se presenta como el director de la orquesta que toca las partituras de alabanzas de las "grandes obras" de Dios.

“El Espíritu Santo es el creador de la comunión, el artista de la reconciliación que sabe cómo eliminar las barreras entre judíos y griegos, entre esclavos y liberales, para hacer de ella un sólo cuerpo. Construye la comunidad de los creyentes armonizando la unidad del cuerpo y la multiplicidad de sus miembros. Hace crecer a la Iglesia ayudándola a ir más allá de los límites humanos, de los pecados y de cualquier escándalo”, ha subrayado.

El Espíritu ejerce la atracción divina: Dios nos seduce con su Amor y nos compromete a mover la historia e iniciar procesos a través de los cuales se filtra la nueva vida. Sólo el Espíritu de Dios tiene el poder de humanizar y fraternizar cada contexto, a partir de los que lo reciben”

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