El Papa León XIV vuelve a cantar el 'Regina Coeli' y recuerda que "el Espíritu Santo nos guía incluso en la incertidumbre"
Durante el rezo del Ángelus de este domingo, llamado Regina Coeli durante la Pascua, el pontífice ha animado a confiar en la misericordia de Dios y ha vuelto a pedir por la paz en el mundo
El Papa León XIV dirige la oración del Regina Coeli desde la logia central de la Basílica de San Pedro, Ciudad del Vaticano
Madrid - Publicado el
3 min lectura
“Desde hace pocos días he comenzado mi ministerio entre ustedes y deseo, ante todo, agradecerles el afecto que me están manifestando. Al mismo tiempo, les pido que me sostengan con su oración y cercanía”. Con estas palabras de agradecimiento, el Papa León XIV ha comenzado ha dirigir el rezo del Ángelus, el 'Regina Coeli', en este domingo 25 de mayo desde la plaza de San Pedro.
“En todo aquello en lo que el Señor nos llama, tanto en el camino de la vida, como en el de la fe, a veces nos sentimos insuficientes” ha expresado el pontífice. “Sin embargo, justamente el Evangelio de este domingo nos dice que no debemos fijarnos en nuestras fuerzas, sino en la misericordia del Señor que nos ha elegido seguros de que el Espíritu Santo nos guía y nos enseña”.
"el señor no se avergüenza de nuestra humanidad"
En este sentido, ha evocado aquel momento en que los apóstoles, turbados ante la inminente muerte de Jesús, recibieron la promesa del Paráclito: “El que me ama será fiel a mi palabra y mi Padre lo amará, iremos a él y habitaremos en él”, ha recordado, citando palabras de Jesús “que transforman la angustia en paz”.
El Papa León XIV se muestra en una pantalla grande mientras dirige la oración del Regina Caeli desde la logia central de la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano
“Es hermoso que, al mirar nuestro llamado, la realidad, las personas que nos han sido confiadas, y nuestro servicio en la Iglesia, cada uno de nosotros pueda decir con confianza: aunque soy frágil, el Señor no se avergüenza de mi humanidad”, ha expresado. “Él viene a habitar dentro de mí”.
Además, ha insistido en que “nuestra vida se convierte en templo de Dios. Ese amor nos ilumina y transforma nuestras decisiones, alcanza también a los demás e ilumina todos los ámbitos de nuestra existencia”.
por las beatificaciones , las jornadas de oración y la paz en el mundo
Después de cantar el rezo del Regina Coeli, el himno pascual a la Santísima Virgen María, el Papa se ha referido también a las últimas beatificaciones de la Iglesia, jornadas de oración y ha vuelto a pedir por la paz en el mundo.
El Papa León XIV dirige la oración del Regina Caeli desde la logia central de la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano.
“Ayer en Poznań, Polonia, fue beatificado el sacerdote diocesano Stanislao Stretch. Fue asesinado por odio a la fe en 1938, porque su obra en favor de los pobres y obreros molestaba al régimen comunista. Que su ejemplo estimule a los sacerdotes a derramarse generosamente por el Evangelio”, ha apuntado.
El Evangelio nos dice que no debemos fijarnos en nuestras fuerzas, sino en la misericordia del Señor que nos ha elegido seguros de que el Espíritu Santo nos guía y nos enseña
25 de mayo de 2025
Sobre la jornada de oración por la Iglesia en China, celebrada cada 24 de mayo en memoria de la Virgen María, Auxilio de los Cristianos ha apuntado que “rezamos con profundo afecto por los católicos chinos y su comunión con la Iglesia universal. Que la intercesión de María Santísima nos conceda la gracia de ser testigos fuertes y alegres del Evangelio”.
En su mensaje, León también ha abrazado con la oración a todos los pueblos que sufren por las guerras: “Invoquemos coraje y perseverancia para quienes están comprometidos con el diálogo y la paz”.
10 años de la encíclica 'Laudato Si'
Finalmente, ha recordado con gratitud el décimo aniversario de la encíclica 'Laudato Si', dedicada al cuidado de la casa común: “Ha tenido una extraordinaria difusión, enseñándonos a escuchar el doble grito de la tierra y de los pobres”, ha expresado.
Ha concluido con una invitación a todos los fieles: “Comprometámonos a llevar su amor a todas partes, recordando que cada hermano y hermana es morada de Dios. Que junto a María Santísima podamos acoger al Señor y ser signo e instrumento de su amor”.