El Papa León XIV ya tiene los nuevos estatutos del Opus Dei: "Un camino de tres años"
En una carta del prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, ha recalcado que "ha sido un camino de tres años, acompañados de la oración de todos”
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El Opus Dei ha entregado a la Santa Sede sus nuevos Estatutos para su aprobación, tal y como ha informado en una carta el prelado de la jurisdicción de la Iglesia Católica, Fernando Ocáriz. “Ha sido un camino de tres años, acompañados de la oración de todos, que os pido que intensifiquemos en esta etapa final”, se puede leer en la misiva.
En este sentido, Ocáriz aclara que "los congresistas dieron su parecer positivo para que, con los nuevos Consejo y Asesoría, concluyéramos la revisión de los Estatutos y los entregáramos a la Santa Sede para su aprobación, cosa que hemos hecho hoy mismo”.
El prelado del Opus Dei recuerda que "se había previsto completar" el estudio de la propuesta de nuevos Estatutos en el Congreso general ordinario, del 23 de abril al 5 de mayo, pero, al coincidir con la sede vacante, tras la muerte del Papa Francisco, "se consideró oportuno no hacerlo".
Ocáriz, sobre la santísima trinidad: "la teología logra ver que no es una contradicción"
Ocáriz también destaca en la carta que el próximo 15 de junio la Iglesia celebra la Santísima Trinidad, un misterio que “la teología logra ver que no es una contradicción, pero que supera nuestra capacidad de comprender”, ha señalado.
En este punto, el prelado ha recordado que el fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, ya manifestó que contemplando esta verdad de la Santísima Trinidad, “a veces le parecía ver un poco de luz, y otras solo oscuridad; entonces, se ponía muy contento, considerando la grandeza infinita de Dios, que no cabe en nuestra inteligencia. El corazón necesita, entonces, distinguir y adorar a cada una de las Personas divinas. De algún modo, es un descubrimiento, el que realiza el alma en la vida sobrenatural, como los de una criaturica que va abriendo los ojos a la existencia. Y se entretiene amorosamente con el Padre y con el Hijo y con el Espíritu Santo; y se somete fácilmente a la actividad del Paráclito vivificador, que se nos entrega sin merecerlo: ¡los dones y las virtudes sobrenaturales!”
Al final de la carta, Fernando Ocáriz ha hecho hincapié en que el Espíritu Santo, con la gracia santificante, “nos introduce realmente en la vida divina, haciéndonos hijos del Padre en el Hijo. Sabemos que estas palabras se quedan muy cortas ante lo que desearían expresar. Pero Dios se ha hecho visible en Jesucristo. Como respondió el Señor al apóstol Felipe, también a nosotros nos dice: 'El que me ha visto a mí ha visto al Padre”.