El Papa invita a tener un corazón nuevo para descubrir a Cristo en el Decálogo

Francisco ha concluido el itinerario de catequesis de los Mandamientos animándonos a descubrir a Jesús en ellos. 

Tiempo de lectura: 3’

“Animo a todos a descubrir a Cristo en el Decálogo, a dejar que nuestro corazón, pleno de amor, se abra a su acción y podamos acoger así el deseo de vivir la vida que Él nos propone”. Ese ha sido el mensaje que ha trasladado el Papa Francisco en la audiencia general de hoy, que se ha celebrado en el Aula Pablo VI. 

El Santo Padre ha cerrado hoy el ciclo de catequesis que ha impartido en torno a los Diez mandamientos. Lo ha hecho a modo de recapitulación en torno a las anteriores. La primera reflexión que ha compartido ha sido la de la necesidad de dar gracias. "Brota en nosotros un sentimiento de gratitud a Dios, que nos ha amado primero, y se ha dado totalmente sin pedirnos nada a cambio”, ha señalado. 

Francisco ha añadido cuáles son las características de ese amor: un amor que invita, que rescata y que constituye a la persona. “Ese amor invita a la confianza y a la obediencia, y nos rescata del engaño de las idolatrías, del deseo de acaparar cosas y dominar a las personas, buscando seguridades terrenales que en realidad nos vacían y esclavizan. Dios nos ha hecho sus hijos, ha colmado nuestro anhelo más profundo, siendo él nuestro descanso”.

“Los deseos”, tema clave del Decálogo

El Papa ha precisado que "los deseos" pueden ser el tema clave a través del que volver a caminar en las enseñanzas del Decálogo a la luz de la Revelación. “Hemos partimos de la gratitud como base de la relación de confianza y obediencia: Dios no pide nada antes de haber dado mucho más. Nos invita a la obediencia para redimirnos del engaño de las idolatrías que tienen tanto poder sobre nosotros. En efecto, buscar nuestra propia realización en los ídolos de este mundo nos vacía y nos esclaviza, mientras que lo que nos da estatura y sustancia es nuestra relación con Aquel que, en Cristo, nos hace hijos a partir de su paternidad”.

Un proceso de bendición y liberación

En la catequesis, el Papa ha afirmado que nuestra realización implica un proceso de bendición y liberación, que son el auténtico descanso. “Esta vida liberada se convierte en acogida en nuestra historia personal y nos reconcilia con lo que hemos vivido desde la infancia hasta el presente, haciéndonos adultos y capaces de dar la debida importancia a las realidades y a las personas de nuestras vidas. Por este camino entramos en relación con el prójimo que, a partir del amor que Dios manifiesta en Jesucristo, es una llamada a la belleza de la fidelidad, la generosidad y la autenticidad”.

Necesitamos un corazón nuevo

El resultado de poner en práctica las palabras del Papa, también lo ha manifestado Francisco en la catequesis: tener un corazón nuevo con deseos nuevos.  “Al liberarnos de la esclavitud de los deseos mundanos, podemos así recomponer nuestra relación con las personas y las cosas siendo fieles, generosos y auténticos. Es un nuevo corazón, inhabitado por el Espíritu Santo, que se nos da a través de su gracia, el don de unos deseos nuevos que nos impulsa a una vida auténtica, adulta, sincera”.

Además, ha profundizado en la experiencia de la vida que propone Jesús con los mandamientos. Se trata de una experiencia que, ha afirmado, tiene como final a Jesús. Es como su "radiografía". "Y así el Espíritu Santo fecunda nuestro corazón poniendo en él,  los deseos que son su don, los deseos del Espíritu. Desear según el Espíritu, desear al ritmo del Espíritu, desear con la música del Espíritu”.

Mirando a Cristo vemos la belleza, el bien, la verdad. Y el Espíritu genera una vida que, según sus deseos, suscita en nosotros la esperanza, la fe y el amor”, ha dicho.

El Decálogo, la verdad de la vida humana

El Decálogo ayuda a descubrir la pretensión de Jesús con su venida, y es que no lo hizo para abolir la ley, sino para darle cumplimiento. Se produce en ella una transformación: pasan de ser una serie de prescripciones y prohibiciones, para convertirse en una ley de vida. "La misma carne de Cristo, que nos ama, nos busca, nos perdona, nos conforta y en su Cuerpo recompone la comunión con el Padre, perdido por la desobediencia del pecado. En Cristo, y sólo en Él, el Decálogo deja de ser condenación y se convierte en la auténtica verdad de la vida humana, es decir, el deseo de amor, de alegría, de paz, de magnanimidad, de benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio”, ha compartido el Papa.

La vida nueva es dejarse guiar por el Espíritu

Francisco ha señalado igualmente que esa es la finalidad de quien busca a Cristo, buscar que Él haga fructificar nuestro corazón, en apertura al amor y a la obra de Dios. “Si son los malos deseos los que arruinan al hombre, entonces, el Espíritu pone sus santos deseos en nuestros corazones, que son la semilla de una nueva vida. La vida nueva no es el esfuerzo titánico por ser coherente con una norma, sino la vida nueva es el mismo Espíritu de Dios que comienza a guiarnos hacia sus frutos, en una feliz sinergia entre nuestra alegría de ser amados y su alegría de amarnos. Se encuentran los dos gozos: la alegría de Dios de amarnos y nuestra alegría de ser amados”.

Esto es lo que el Decálogo es para nosotros los cristianos: contemplar a Cristo para abrirnos a recibir su corazón, para recibir sus deseos, para recibir su Espíritu Santo”

Relacionados

Religión