Manuel, sacerdote maronita, confía en que la visita de León XIV sea “un respiro de paz" para el Líbano
Manuel es uno de los sacerdotes que se ha encontrado con el Pontífice en el Santuario de Nuestra Señora del Líbano, en Harissa
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El Padre Manuel, perteneciente a la Iglesia maronita, es uno de los religiosos con los que se ha encontrado León XIV en el Santuario de Nuestra Señora del Líbano, en Harissa, en su segundo día en el Líbano.
Y es que los maronitas han jugado un rol protagonista en la Iglesia del país de Oriente Próximo, que reconoce hasta 18 comunidades religiosas. Unidos siempre al Papa, son cristianos católicos de rito oriental y representan a la comunidad católica más numerosa e influyente en el Medio Oriente.
El Padre Manuel, en declaraciones a la corresponsal de COPE en el Vaticano que está cubriendo el primer Viaje Apostólico de León XIV, ha mostrado su emoción por el encuentro con el Santo Padre, y confía en que esto constituya un antes y un después en la convivencia entre la población libanesa: “Que sea un respiro de gracia, de alegría y una visión de futuro con un poco de paz y armonía mejor que la guerra”.
El sacerdote, que domina bien el castellano, asegura que toda la comunidad católica del país está rezando y “pidiendo que Dios ilumine a nuestro Papa” y Dios “venza a la muerte, a la guerra y sane las heridas de nuestro país”.
LEón XIV ha ensalzado la “tenacidad” del pueblo libanés
Y es que el país vive una de las peores crisis económicas y sociales de su historia contemporánea, y la presencia del Papa pretende convertirse en un bálsamo espiritual para los cristianos y un mensaje de estabilidad para toda la región.
De ahí que León XIV haya animado a las comunidades cristianas del Líbano a perseverar en su misión en medio de la crisis que atraviesa el país.
León XIV
En su discurso, el Santo Padre ha ensalzado la “tenacidad” del pueblo libanés, y ha recordado las palabras de Juan Pablo II al pueblo libanés durante su Viaje Apostólico de 1997, recalcando que son los sacerdotes y consagrados “los responsables de la esperanza” y les invita a seguir “creando un clima fraterno” allí donde ejercen su ministerio, para que “triunfe la fuerza regeneradora del perdón y de la misericordia”.