León XIV señala que el Espíritu Santo derriba los muros de miedo, odio y soledad: “Donde hay amor no hay espacio para los prejuicios"

El Pontífice americano ha llamado a derribar barreras para transformar corazones y vencer los miedos, individualismos y exclusiones durante la misa de Pentecostés, celebrada en la Plaza de San Pedro

León XIV

León XIV

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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El Papa León XIV ha llamado a derribar barreras para transformar corazones y vencer los miedos, individualismos y exclusiones durante la misa de Pentecostés, celebrada en la Plaza de San Pedro.

Recordando la lectura de los Hechos de los Apóstoles, El Pontífice americano ha evocado el momento fundacional en el que los discípulos, temerosos y encerrados, fueron sacudidos por el fuego del Espíritu. “El Espíritu Santo vence su miedo, rompe las cadenas interiores, alivia las heridas, los unge con fortaleza y les da el valor de salir al encuentro de todos para anunciar las obras de Dios”.

León XIV destaca la paradoja de un mundo  “Siempre conectado y sin embargo incapaces de establecer vínculos”

En su alocución, León XIV ha insistido en que Pentecostés no es sólo un hecho del pasado, sino una realidad viva que se actualiza en cada creyente.

“El Espíritu abre las fronteras, ante todo, dentro de nosotros. Es el Don que abre nuestra vida al amor”, ha afirmado, antes de describir los muros que este Don divino puede derribar. “Disuelve nuestras durezas, nuestras cerrazones, los egoísmos, los miedos que nos paralizan, los narcisismos que nos hacen girar sólo en torno a nosotros mismos”.

En este punto, Robert Prevost ha lamentado la paradoja de nuestros tiempos, que por un lado ofrece múltiples ocasiones para socializar, pero en el que se corre mayor riesgo de estar más solos: “Siempre conectados y sin embargo incapaces de establecer vínculos”, ha alertado.

El Espíritu, subraya el Santo Padre, no solo renueva la relación con Dios sino también la mirada sobre uno mismo y sobre los demás. “Nos abre al encuentro con nosotros mismos, más allá de las máscaras que llevamos puestas solo si permanecemos en el amor recibimos también la fuerza de observar su Palabra”, ha sostenido.

El Papa reclama una Iglesia integradora  y “como espacio hospitalario para todos”

El Papa también ha interpelado a la Iglesia como comunidad llamada a vivir la universalidad de Pentecostés. “Somos verdaderamente la Iglesia del Resucitado y los discípulos de Pentecostés solo si entre nosotros no hay ni fronteras ni divisiones”, proclamó con fuerza.

En este sentido, ha denunciado todo tipo de exclusión basada en origen, raza o clase, y llama a construir comunidades acogedoras donde “integremos nuestras diferencias” y vivamos “como espacio hospitalario para todos”.

León XIV ha criticado duramente todo tipo de violencia, especialmente en las relaciones personales marcadas por el poder y la dominación. “Pienso con mucho dolor en los casos en que una relación se intoxica por la voluntad de dominar al otro como desgraciadamente demuestran los numerosos y recientes casos de feminicidio”.

Frente a ello, destaca Robert Prevost, el Espíritu produce frutos de sanación: “Amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza”.

“Invoquemos el Espíritu de amor y de paz, para que abra las fronteras y abata los muros"

León XIV ha puesto el foco al final de la homilía en la advertencia sobre el auge de los nacionalismos y la lógica de exclusión: “Donde hay amor no hay espacio para los prejuicios, para las distancias de seguridad que nos alejan del prójimo”, ha recalcado.

En este punto ha hecho alusión a las palabras del Papa Francisco, cuando también en Pentecostés denunciaba que “hoy en el mundo hay mucha discordia, mucha división. Estamos todos conectados y, sin embargo, nos encontramos desconectados entre nosotros, anestesiados por la indiferencia y oprimidos por la soledad”.

En un mundo herido por guerras y polarización, Prevost invoca la acción pacificadora del Espíritu: “Invoquemos el Espíritu de amor y de paz, para que abra las fronteras, abata los muros, disuelva el odio y nos ayude a vivir como hijos del único Padre que está en el cielo”.

 León XIV reclama a los gobernantes "gestos de  diálogo" donde "haya guerra"

Tras la misa, León XIV ha rezado el 'Rgina Coeli', en la que ha instado a los gobernantes a tener  valor de realizar "gestos de distensión y diálogo" allí "dondequiera que haya guerra".

Durante el rezo dominical, el obispo de Roma ha invocado el "don de la paz" en los corazones, resaltando que "solo un corazón pacífico puede difundir la paz en la familia, en la sociedad, en las relaciones internacionales".

"Que el Espíritu de Cristo resucitado abra caminos de reconciliación dondequiera que haya guerra; ilumine a los gobernantes y les dé el valor de realizar gestos de distensión y diálogo", ha expresado Robert Prevost. 

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